Cómo hemos cambiado. Sevilla como ciudad, los sevillanos y, por ende, el Sevilla FC, que hace algo menos de 63 años culminó una obra faraónica que marcó un antes y un después en la entidad: el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán.
Tras algo menos de dos años de trabajo, la casa de todos lo sevillistas, edificada junto al Viejo Nervión, abrió sus puertas en septiembre de 1958, a pesar de que no estaban concluidas todas las gradas que se proyectaron en un principio.
Ahora, la cuenta de Instagram sevilla.antigua ha publicado una fotografía aérea en color del estadio en 1960, tres años después de su inauguración. En ella se puede comprobar cómo era el Sánchez-Pizjuán y sus alrededores hace más de seis décadas. El estadio, ya empezaba a estar rodeado de viviendas, en un barrio de Nervión emergente.
En la foto se puede ver perfectamente el Hospital San Juan de Dios, el solar donde ahora está edificado el centro comercial Nervión Plaza o los campos del subcomité, donde entrenaba el equipo sevillista, así como los grandes bloques de edificios que se levantaban en San Francisco Javier o Eduardo Dato.
En cuanto al estadio en sí, sólo está concluida la grada alta de Preferencia, mientras que las otras tres zonas del campo sólo tienen disponibles el anillo inferior. Se concluyeron esas obras en 1974. La visera, evidentemente, ni está ni se le espera, pues fue colocada para el Mundial de España de 1982.
Ahora, el Sevilla FC ha puesto buena parte de sus esfuerzos en renovar el Sánchez-Pizjuán. La casa de los sevillistas, que un día fue una losa económica insalvable y que seis décadas después es el lugar donde generaciones y generaciones de hinchas nervionenses han visto cumplidos sus sueños.