Decía Eduardo Galeano que no hay nada más vacío que un estadio de fútbol vacío, pero que agudizando el oído se puede llegar a escuchar el pasado. Las paredes hablan. Si en Wembley aún resuena el griterío del Mundial del 66 o en Maracaná los lamentos por la derrota de 1950, los muros del vetusto Sánchez-Pizjuán le cuentan a uno mil y una batallas del Sevilla. De eso puede dar fe Pepe Gómez Herrera.
Pepe es un fiel hincha sevillista que partido tras partido acude al Ramón Sánchez-Pizjuán para 'ver' el fútbol de una forma muy especial. Porque Pepe es invidente casi al cien por cien. No hace otra cosa que esperar a que todos entren y apoyarse, por fuera, en la puerta 25. "La de los Biris". Sin embargo, lo que ocurrió el 30 de octubre de 2021 jamás lo olvidará.
Como cada día de partido, aquel domingo Juan Orozco González, también irremisible devoto del Sevilla Fútbol Club, se disponía a entrar al estadio cuando ya los equipos estaban sobre el césped. Apurando la previa. Pero frenó en seco. Bajo la lluvia, apoyado ya en la pared exterior del Gol Norte, un chaval cantaba el himno del Centenario como si fuera el mismo Arrebato.
Al percatarse de su bastón, Juan quiso guiarlo hasta la puerta para que Pepe pudiera entrar. Se habría despistado. Pero no. Pepe cumplía su particular ritual, pues no tiene el carné del Sevilla y su refugio es escuchar a través de las paredes del Sánchez-Pizjuán, a los Biris. Llueva, truene o abrase el sol de Sevilla, ahí y así 've' los partidos Pepe.
Para un hincha, dejar de ver a su equipo en el estadio es todo un sacrificio. Para Juan, a unos metros de cruzar la puerta 25, no lo fue esta vez. Cogió del brazo a Pepe, le prestó su carné ("que no se entere el club") y dio instrucciones a sus acompañantes para que lo colocaran en la grada con los Biris. Protegido por varios de los miembros del célebre colectivo sevillista, Pepe se erigió en el principal motor de animación contra la lluvia y el viento que invitaban a poco jolgorio. Cantó, saltó y celebró el triunfo del Sevilla.
Así vivió Pepe un día en el que cumplió su sueño de 'ver' un partido del Sevilla con los Biris. Y lo vio, claro que lo vio, sin comillas. Junto al del megáfono y el del bombo, Pepe celebró los goles de su Sevilla al mismo tiempo que Juan, aunque este, en dicha ocasión, fue quien se quedó al otro lado del muro. Uno de esos muros que hablan, como relataba Galeano.
Tenemos que hacer una recolecta para ayuda A qué tenga el carne
Esto si es ejemplo de sevillanía.
Cuanto sevillismo llevas dentro Juan, orgulloso de ti, por como le des las tu sitio a Pepe... Con la limitación de asientos que genera nuestro aforo, tu gesto debería ser recompensado.
Grande tu gesto Juan. Orgulloso siempre de gente como tú
Bonita historia
Q raro,si en Biris solo hay delincuentes y degenerados...ironía modo on...
Bonito bonito, los bellos de punta oleeee oleeee oleeee