Fútbol control. Horizontal. Toquecito. ‘Tiki tuki’. Algunos de estos términos se habían visto en el Sevilla de esta temporada y esta noche, en el derbi, se han vuelto a ver (0-2). Sin embargo, eso ha sido más que suficiente para ganar bien a un Betis muy desdibujado. Con un cinco raspado ganó el Sevilla en el Villamarín. No venció de goleada porque falló hasta tres ocasiones muy claras y porque no apretó a su eterno rival. El fútbol control del Sevilla fue piadoso con el Real Betis.
El choque estuvo marcado por la expulsión de Guido Rodríguez en el tramo final de la primera parte. La doble amarilla fue justa y clara. No obstante, sin ser un gran Sevilla, el equipo de Lopetegui fue mejor también jugando 11 contra 11. Le quitó la pelota al Betis, ganó los duelos defensivos y controló el partido donde quiso. Rakitic, Jordán y Acuña fueron los más destacados del choque. Muy importante la actuación del croata que brindó espacios, posibilidades de pase y forzó, a su manera, la segunda amarilla a Guido.
Algunos aficionados podrán recriminar al Sevilla de Lopetegui que fue misericordioso con el Betis. Puede que lleven razón. Pero el entrenador fue sabio. Ejerció el fútbol control y dominó el partido de cabo a rabo. El plan de la segunda parte fue claro y eficaz. Tengo la pelota para atacar y defenderme. Le salió perfecto. Si Rafa Mir está más acertado, el Betis se lleva un saco.
Mientras todo esto pasa, el Sevilla sigue arriba, peleando por todo y a un punto del líder con un partido menos. Ganar un derbi sin apretar y estar en la cúspide de LaLiga ya se ve hasta normal. A otro partido. El fútbol. La grandeza.