Lucas Ocampos ha vuelto. El argentino está recuperando el nivel que encandiló en su primer año en Sevilla y ante el Villarreal volvió a ver puerta. Sin En-Nesyri, el extremo ha asumido el rol goleador del marroquí. Contra el equipo de Unai Emery, un buen cabezazo suyo puso el 1-0.
Acuña puso un centro extraordinario en la cabeza de su compatriota. Solo en el segundo palo, Ocampos no perdonó. Para celebrarlo se señalo el dedo en el que lleva su alianza de casado. Y es que con ese gesto quería dedicarle a su esposa el tanto. Este fin de semana ha sido su aniversario y qué mejor regalo que un gol para celebrarlo.
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