El Sevilla FC sumó el pasado sábado un empate en El Sadar ante Osasuna que alarga la racha de partidos sin conocer la victoria. Cuatro son los que encadena el conjunto de Julen Lopetegui que logró su último triunfo el 9 de enero. Casi un mes sin ganar, o lo que es lo mismo tres empates y una derrota para el cuadro sevillista en tres compromisos ligueros y uno de Copa del Rey.
Tras vencer al Getafe en el Sánchez-Pizjuán (1-0), el Sevilla cayó contra el Betis en los octavos de la Copa del Reyn (2-1). Luego se sucedieron tres empates en LaLiga que saben a poco para las aspiraciones nervionenses. Tablas contra el Valencia en Mestalla (1-1), el Celta en Nervión (2-2) y la más reciente contra Osasuna en tierras navarras (0-0).
Habría remontarse a febrero de 2021 para encontrar cuatro partidos consecutivos en los que el Sevilla de Lopetegui no ganara. Fueron tres derrotas consecutivas primero -ante el Barcelona en LaLiga (0-2), también ante el Barcelona las semifinales de Copa (3-0) y contra el Elche en LaLiga (1-1)- y luego un empate contra el Borussia de Dortmund en Champions (2-2).
Aquella racha la cortó el Sevilla con la victoria en el derbi ante el Betis celebrado en el Sánchez-Pizjuán (1-0). Ahora los de Lopetegui quieren hacer lo propio con su siguiente cita, la que le enfrenta al Elche en Nervión el próximo viernes (21.00 horas). Un encuentro al que llegará con seis puntos de desventaja respecto al Real Madrid.
Se debería mirar muchas cosas en este equipo: lo primero el juego tedioso y cansino, la forma física, tener más intervenciones las bandas, aprovechar el juego aéreo, dotar de más nervio a En-Nesyri, recuperar lo antes posible con entrenamientos específicos a los lesionados como se hacía en temporadas anteriores, recuperar esa alimentación adaptada al equipo, aquella "papilla" que parecía las espinacas de Popeye, que Lopetegui siembre más seguridad en los partidos, que Monchi además de asesor del Club, de los jugadores, también lo sea del entrenador, tiene suficientes mimbres y jerarquía para llamar al orden al míster, que hubiese un presidente con personalidad y valentía para ejercer como escudo del Club, que defienda sus intereses deportivos y económicos, y que dé la imagen de una entidad que hay que respetar por su historia, por su categoría y por los títulos conseguidos, y por supuesto por su afición que está entre las mejores de España y Europa.