Con David Moyes, el West Ham United -rival del Sevilla FC en los octavos de final de la UEFA Europa League- ha dado el salto de ser un equipo que peleaba por no descender a meterse en Europa y amenazar la hegemonía de los seis grandes de Inglaterra en la lucha por alcanzar los puestos de UEFA Champions League.
En el este de Londres, los Hammers ya parecen haber olvidado la dramática salida del mítico Boleyn Ground y se han acostumbrado a ganar, algo que no parecía posible en la época de Manuel Pellegrini ni cuando una invasión de campo por arte de los aficionados en 2018 sirvió como protesta contra los dueños.
Desde aquello, y tras el despido del chileno a finales de 2019, el equipo ha mejorado sus inversiones y desarrollado talento desde las categorías inferiores, con la piedra angular de Declan Rice, el mejor mediocentro de Inglaterra, pilar de la selección inglesa y futuro jugador de un Chelsea o un Manchester United.
A Rice le han rodeado además de talentos como el de Pablo Fornals, que lleva cinco goles y cuatro asistencias esta campaña, Tomas Soucek, que la temporada pasada hizo 10 tantos, y Nikola Vlasic, por el que pagaron 30 millones este verano.
Arriba, el equipo se ha beneficiado de la explosión goleadora de Michail Antonio, antiguo carrilero y que ha despuntado como delantero. Esta campaña suma nueve goles, aunque su espectacular inicio, con cuatro tantos en tres partidos, se ha venido abajo con el paso de las jornadas y el jamaicano no ve puerta desde año nuevo.
El apagón de Antonio lo ha cubierto Jarrod Bowen, una de las sorpresas agradables de esta liga y una de las piernas derechas que más se ha revalorizado. Este extremo, que apoya su talento con dobles dígitos de goles y asistencias (12 y 11), se codea con los mejores pasadores de la Premier League, estadística en la que solo le superan Trent Alexander-Arnold, Mohamed Salah y Andy Robertson.
El problema del West Ham llega en defensa, donde a la lesión de larga duración de Angelo Ogbonna se le ha unido el escándalo de Kurt Zouma, la apuesta como central de este verano al pagarle más de 30 millones al Chelsea por él. El francés, eso sí, se ha hecho más famoso por sus hazañas fuera del campo que dentro de él. Hace dos semanas, su hermano publicó en redes sociales un vídeo de Zouma pateando, abofeteando y asustando a uno de sus gatos. Esto le costó el rechazo público, una multa de 250.000 libras y perder la custodia de los animales.
Su posición en el equipo no se ha visto afectada, ya que Moyes decidió no apartarle ya que era lo mejor en el plano deportivo, pero en cada campo que ha pisado, incluido en el suyo propio, ha sufrido el desprecio de la afición. El colmo llegó en el duelo de hace unos días contra el Newcastle United, en el que el delantero de las 'Urracas', Chris Wood, se pasó media parte maullando para despistarle.
Al éxito del West Ham en el campo, ahora mismo son sextos a cuatro puntos de la Champions League, competición que no han jugado nunca, se une el éxito en los despachos. El empresario checo Daniel Kretisnky, dueño del Sparta de Praga, se hizo esta temporada con el 27 % del accionariado del club, un primer paso para terminar sustituyendo a David Gold y David Sullivan como dueño mayoritario.