Es Noticia

El claro penalti sobre Carlos Álvarez aún con 0-0 que terminó con ¡amarilla para el sevillista!

El claro penalti sobre Carlos Álvarez
Periodismo es decir lo que no quieren que digas

La polémica ha salpicado el duelo entre PSG y Sevilla FC correspondiente a los octavos de final de la Youth League, la Champions League. El juvenil de Lolo Rosano llegaba a esta cita después de dar la sorpresa y eliminar al Rangers en su campo. Ahora la empresa era igual de harto complicada, ante una de las canteras con mayor caché de Europa. Un encuentro marcado por la decisión del colegiado escocés Nicolas Wals, quien no señaló lo que parecía ser un claro penalti sobre Carlos Álvarez.

Justo a la hora media de partido, el menudo centrocampista sevillista zigzageaba sobre el balcón del área tratando de habilitarse el disparo a su pierna buena. Ya en posición de disparo, ante lo que parecía ser una ocasión peligrosa, Carlos Álvarez fue claramente derribado por Nehemiah Fernández. Una jugada aún con empate a cero en el marcador y que bien habría podido cambiar el duelo. No obstante Nicolas Wals lejos de señalar pena máxima, terminó señalando ¡cartulina amarilla al sevillista!

Y en un abrir y cerrar de ojos, el partido cambió. Justo cuando mejor andaban los de Lolo Rosano, justo en el 45' de la primera mitad, Jiménez, que ya tenía tarjeta, cometió penalti sobre Wa Mungo, vio la segunda amarilla y habilitó a Xavi Simons para que el duelo se marchase 1-0 al descanso.

Escribir comentario 3 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar

  1. ANDRES ER/CHAPA

    que verguenza que ya a unos chavales con muchisima ilusion por hacer lo que mas les gusta ya se encuentren de frente con la cruda realidad:los desalmados de turno que sirven a terceros ( SOLO INTERESES DEVALUADOS) EN FIN, ESTO LES IRA ENSEÑANDO DONDE SE ENCUENTRAN......

  2. Luis

    Que escandalo!!!!

  3. Mcoll

    Y ahora otro penalty inventado.Es de descaro los arbitrajes a chavales de juveniles. Qué vergüenza. Qué ejemplar