Ramón Rodríguez Verdejo 'Monchi' es una de las mayores insignias que tiene la ciudad. San Fernando lo vio nacer y Sevilla bombea su corazón.
Enamorado de la Hermandad de San Bernardo y su barrio, poco tiempo le bastó para engancharse a la semana más santa, a pesar de tener una primera toma de contacto algo atípica, como reveló hace tiempo en Pasión en Sevilla: "Mi primera recuerdo que tengo es ver las Cigarreras cruzando el puente de San Telmo y yo montado en la barquilla en el río paseando. Fue mi primer año en Sevilla con mi novia, ahora mi mujer, y mi cuñada. Fuimos a dar un paseo típico por el Guadalquivir y vi pasar el misterio por el río. Duró poco. No es nada para presumir. Es para sonrojarse y ser castigado por inculto. Todavía no era hermano de San Bernardo".
Como todo ser que se precie uno tiene su primera amor y luego el amor verdadero. El primero fue llamó a sus puertas un Jueves Santo, erigiéndose el Señor de Pasión como protagonista. Una imagen esculpida a golpe una magia que hechizó a un Monchi que pese a ser hermano de San Bernardo, duerme cada noche con una imagen del cristo que tallara Juan Martínez Montañés.
Pese a ello, fue un vecino quien terminó de meterle el veneno en el barrio de los toreros, forjando su amor sempiterno con el Señor de la Salud y la Virgen del Refugio. Allí se quedó y por siempre pernoctarán sus recuerdos allí... : "Llegué en el 88 y ya cuando me vine a vivir aquí al barrio en el año 90, las casualidades me hicieron ser vecino de un miembro de junta. Me metió el veneno y me hizo hermano en enero del 91. Mi idilio con el barrio, la hermandad y su gente ha sido total".
Así es Monchi. Sevillista, cofrade, atraído por Pasión y fiel enamorado de San Bernardo, con un gusto exquisito por las hermandades pese a esa primera toma de contacto atípica. Un hombre que vivirá un Miércoles Santo especial, pues será el primero que lo haga como cargador en San Fernando.
Aro, ratón de San Bernardo...