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Mediocridad sin el Papu

Expandir v

Descompuesto durante todo el segundo tiempo. El Sevilla no supo gestionar una ventaja claras de dos goles. Lo de Camavinga fue segunda amarilla clara y debió ser expulsado. Eso está claro. Lo que también es nítido y palpable es que el Sevilla murió sin el Papu Gómez. En la élite no valen las excusas. La no expulsión debe condicionar tanto y, sobre todo, la ausencia de un jugador.

El argentino no entró en la segunda parte, entendemos que por molestias, y el Sevilla no hizo nada o muy poco. No robó un balón, perdió mil pelotas, careció de seguridad y se diluyó en el encuentro. El equipo cayó en el nerviosismo y ahí el Madrid es letal. Si a eso se le suma que Acuña se lesionó y entró Augustinsson… El equipo empeoró soberanamente.

También hubo tiempo para la polémica porque Cuadra Fernández anuló un gol dudosísimo por manos de Vinicius en el control. Quizá quiso compensar la no expulsión de Camavinga.

Imagen del Sevilla-Real Madrid (Foto: Kiko Hurtado)

Poderío

No sabemos si es cuestión de poderío o de grandeza, pero el Sevilla mutó de un equipo atrevido a un conjunto acogotado que no se creía que podía ganar al Madrid. No se tiró de garra o si quiera corazón para parar el choque.

Hoy se vio la diferencia entre un equipo diseñado para ganar LaLiga o todo lo posible y un equipo que parecía que podía hacerlo pero al que todavía le falta un mundo. La grandeza también se demuestra perdiendo. La segunda parte del Sevilla fue mala y sobre todo pequeña.

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  1. Neng4

    Menos mal que fichamos a Martial para resolver estos partidos... MARTIAAAAAAAAL!!IAHA!!