El Sevilla FC ha viajado a Corea con la gran novedad del cambio en sus servicios médicos, en los que entran los doctores Salvador Castillo y José Ramón Pineda Guillén en sustitución de Juan José Jiménez y Manuel Zurera.
Salvador Castillo Dorador (Granada, 1972) es licenciado por la Universidad de Granada y especialista en Medicina de la Educación Física y el Deporte, fue en la pasada campaña médico del primer equipo del Granada y antes formó parte de los servicios médicos del Rayo Vallecano, el Xerez, el Real Murcia, el Almería y el Cádiz.
En una entrevista para los medios oficiales del club, el doctor hacía una primera valoración de cómo está yendo la pretemporada: "El trabajo, como suele pasar en las pretemporadas, viene con mucha intensidad, dobles sesiones y lejos de casa pero bien. En general está marchando todo bien y de momento, y tocaremos madera, las lesiones nos están respetando. En la temporada eso va a cambiar seguro por desgracia, pero afortunadamente la cosa está ahora respondiendo bastante bien y nos permite trabajar en condiciones y que los jugadores no se preocupen mucho por ese tipo de problemas".
De Granada a Sevilla: "Ilusión toda la del mundo. Yo vengo de un club más modesto (Granada) y en el Sevilla las cosas son diferentes porque la dimensión es mucho mayor. Se nota la diferencia. Esto es un club grande y se nota en muchas cosas. Todavía llevo poco tiempo en el club y muchas cosas las iré descubriendo poco a poco pero ya se nota. En el fondo el trabajo no es mucho más diferente, solo que aquí tiene mucha más repercusión. Hasta la afición está mucho más pendiente de todo lo que haces"
¿Qué hace el doctor Castillo en el día a día? "En pretemporada los días son bastante intensos. Lo primero que hacemos es ver cómo están los jugadores, pasamos por la sala de los fisios, si necesitan cualquier cosa... Luego la preparación para el entrenamiento. Calentamiento, activación... A partir de ahí hablar con el cuerpo técnico para ver si hay que proteger a algún jugador. En el entrenamiento es donde menos tenemos que hacer, comprobamos si pasa algo y afortunadamente no está pasando mucho. Después es cuando más trabajo tenemos porque es cuando hay que recuperar a los jugadores de todo lo que haya pasado. Golpes, medicación si lo necesitan... Luego la misma historia con la misma sesión de la tarde. El día es intenso".