Marius Herzig, el canterano alemán al que la pandemia le dio una segunda oportunidad

Las pretemporadas establecen una oportunidad idílica para que los canteranos que opositan al primer equipo den un paso adelante, demuestren su valía y reivindiquen ante el entrenador que el futuro está en casa. Casi una utopía, por aquello de la exigencia, para los que sueñan con ser estrellas futuras del Sevilla FC, aunque desde este último año los talentos emergentes sí que comienzan a tener cierto peso en el día a día. Un premio que ahora busca Marius Herzig, un valor desconocido a ojos de buena parte del sevillismo que ahora trata de sorprender a Julen Lopetegui.

Herzig (diciembre de 1999), de 1.88 metros, es uno de los canteranos que tienen el privilegio de haber viajado a Corea en este inicio de pretemporada. Un guardameta de 22 años, natural de Alemania, que busca el reflejo de Bono y Dmitrovic para seguir creciendo. Marius llegó hace justo un año a Nervión, habiéndose curtido en las categorías inferiores del Eintracht de Frankfurt, además de trabajar para otros clubes como Ingolstadt, Burghausen o 1860 Rosenheim

La pandemia generó dudas sobre su futuro... pero apareció el Sevilla. En este primer año, aunque empezase condicionado por las lesiones, Marius Herzig ha quemado etapas en el Sevilla C, antes de dar el paso al Sevilla Atlético. Con 22 años, el alemán quiere más. Su valía no pasa desapercibida y ya sabe lo que es sumar experiencias con el primer equipo, brindando informes positivos que generan optimismo en el cuerpo técnico de Lopetegui.

Marius Herzig, un portero 'todoterreno'

Ahora, en Corea, busca dar un paso adelante y demostrar que aún tiene mucho que decir en Nervión (contrato hasta 2023). Un chico profesional como el que más y que se exprime en el día a día para lograr su sueño. Un premio lejano pero al alcance de la mano. Sesiones dobles, trabajo extra fuera de los entrenamientos, un minucioso estudio del idioma para adaptarse... Un portero muy completo, imponente en el plano físico, con un notable juego de pies y ágil en las estiradas.

Y como curiosidad, ya sabe lo que es celebrar un título en el Sánchez-Pizjuán. El chico fue como invitado a la final de la Europa League y disfrutó in situ del triunfo del Eintracht. Un premio con el que fantaseaba como aficionado y que ahora, en un futuro no muy lejano, buscará cumplir como sevillista.