Un desastre tras los descansos

La famosa mandíbula de cristal está definiendo el devenir del Sevilla FC en este inicio de temporada. Un equipo que se desploma con relativa facilidad cuando le vienen mal dadas y que regularmente suele coincidir con el descanso, pues es mucho más vulnerable en las segundas partes y algo más efectivo, de cara a gol, en las primeras. Un plantel al que le sobran los segundos cuarentaicinco minutos.

Los números hablan por sí solos. De los siete goles logrados esta temporada, seis de ellos llegaron en la primera mitad, frente a Osasuna, Almería, Villarreal y Espanyol (3). Únicamente ante el Real Valladolid marcó tras el paso por vestuarios.

Y no solo es que su capacidad ofensiva se vea sensiblemente reducida en las segundas partes, sino que también se vuelve mucho más vulnerable atrás. En cinco de los seis partidos disputados en LaLiga ha encajado, al menos, un gol en la segunda mitad. Un bagaje que se repite en la Champions League, donde tres de los cuatro tantos encajados los recibió tras el paso por vestuarios.