El fiel reflejo del Sevilla en el Bernabéu

Capaz de lo mejor y de lo peor. Capaz de regalarle un gol al rival y capaz de darle un balón mágico a su compañero. Hablamos de Gonzalo Montiel, el fiel reflejo del Sevilla FC en el Santiago Bernabéu.

Empezó como casi de costumbre. Con nervios, con una tremenda inseguridad en sus acciones y un mar de dudas a su alrededor, y ante el Real Madrid eso se paga caro.

Apenas superaba los cinco minutos el reloj y Montiel perdía inexplicablemente el balón en la frontal: Vinícius JR la agarró, con una autopista por delante, y le dio a Luka Modric el gol del primero. La cara del argentino era un poema.

Sampaoli, al contrario de lo que sucedió ante el Valencia con Carmona, no decidió sustituirle, confió en él, pero la realidad es que el paso de los minutos iba estropeando el partido de Montiel. La decisión del entrenador, salió bien.

Salió bien porque Montiel, contra todo pronóstico, se rehizo y firmó una de sus mejores actuaciones recientes con el Sevilla durante la segunda parte.

La empezó con una asistencia excelente para Lamela, con el exterior, que se convertiría en el empate y la siguió con una continuada toma buena de acciones, algo poco habitual ultimamente en su fútbol.

La marcha de Navas, tocado, y su vuelta al lateral derecho le hizo bajar el nivel, perder protagonismo y cerrar el encuentro, sin ser protagonista, viendo al Real Madrid celebrar sus goles.

Montiel y su partido en el Bernabéu, el fiel reflejo del Sevilla: empezó mal, muy mal, se recuperó, brilló, acertó... y acabó lamentando los errores cometidos.