Que Yassine Bono se haya convertido en un héroe en las últimas semanas sorprende a buena parte del mundo del fútbol, pero no a los aficionados del Sevilla FC, acostumbrados a que el portero que hoy deslumbra con Marruecos en el Mundial de Qatar 2022 contribuyendo de forma a que por primera vez entre en cuartos de final, haga auténticos milagros bajo los palos de la portería sevillista.
Sin rebuscar demasiado, su actuación casi por accidente en las eliminatorias de la UEFA Europa League de 2020 fue clave para que el club nervionense se proclamara campeón de la competición por sexta vez. A los aficionados de Wolverhampton, Manchester United e Inter de Milán tampoco les habrá sorprendido demasiado su gran Mundial.
Bono es todo un especialista en la suerte de los penaltis, y lo demostró haciendo historia en el duelo ante España, al convertirse en el segundo portero que no ha recibido gol en una tanda de penaltis en un Mundial. Antes, el ucraniano Shovkovskyi lo logró ante Suiza, en los octavos de final de Alemania 2006.
Aunque muchos no quisieran creerlo, el sevillismo tenía claro que si el Marruecos-España llegaba a la tanda de penaltis, los norteafricanos tendrían muchas opciones de pasar a cuartos gracias al Trofeo Zamora de la pasada temporada,el primero de la historia del club de Nervión.
Bono ha parado cinco de los 12 últimos penaltis que le han lanzado en LaLiga Santander, y acertó el lado en tres más. Según los datos de Transfermarkt, y sin tener en cuenta tandas de penaltis, ha parado 13 en toda su carrera, recibiendo gol en 37. Un porcentaje de un 26% de penaltis detenidos muy a tener en cuenta. En el Sevilla ha parado ocho y encajado 16, un porcentaje aún mayor.
El último, no hace mucho en el descuento del partido ante el Valencia CF, salvando un punto con una buena parada a lanzamiento de Gayá. “Al final los penaltis es una cosa de intuición. Tocó pararlo”, dijo.
Bono no es un futbolista al uso. Tiene un carácter más reservado y no es nada dado a las excentricidades. Nacido en Montreal, Canadá, en 1991, lo hizo en el seno de una familia marroquí que emigró a Norteamérica por motivos laborales. Su padre, profesor de física universitario, estuvo ocho años trabajando en Quebec hasta que regresó a Marruecos cuando el portero sevillista tenía tres años, ya que su madre nunca se adaptó.
En una entrevista concedida a El Mundo en 2018, cuando aún era portero del Girona, Bono explicaba que, aunque tenía talento, su padre le pedía que no dedicara tanto tiempo al fútbol. Finalmente, quien quería haber sido delantero acabó defendiendo la meta del Wydad Casablanca en el partido de vuelta de la final de la Champions de África de 2011, a sus 20 años, cayendo ante el ES Tunis tunecino.
De allí fue fichado por el Atlético de Madrid donde nunca cuajó, y fue cedido al Real Zaragoza. Precisamente allí, en la capital maña, tiene Bono sus primeros recuerdos del país en el que se ha forjado como portero y al que eliminó hace unos días, unos recuerdos que poco tienen que ver con su situación actual.
"Vine a España de pequeño varias veces. Estuve con uno de mis tíos trabajando en el mercadillo que se hacía alrededor de La Romareda, en Zaragoza. En aquella época, el mercadillo en España era algo. No es como ahora, que casi todos los productos son chinos. ¡Era el momento top del mercadillo!", dijo hace cuatro años en la citada entrevista en El Mundo. Entonces, fue a Rusia 2018, pero no jugó ni un minuto al ser titular Munir, ex del Málaga CF. Un ciclo mundialista después, la vida ha cambiado para Bono... y para Marruecos, que tiene un nuevo héroe.
🇲🇦🔐 Un auténtico seguro bajo palos llamado: 𝙔𝙖𝙨𝙨𝙞𝙣𝙚 𝘽𝙤𝙪𝙣𝙤𝙪.
💪 ¡Suerte ante Portugal!#QatarWorldCup2022 pic.twitter.com/fWqZAdbzd0
— Sevilla Fútbol Club (@SevillaFC) December 10, 2022