Una de las pocas notas positivas del Sevilla FC en Mendizorroza. El conjunto blanquirrojo sigue vivo en la Copa del Rey gracias a su victoria ante el Alavés (0-1) en un encuentro en el que brillaron nombres como los de Dmitrovic, Fernando, Jesús Navas... y Gonzalo Montiel.
El lateral derecho, uno de los más criticados durante la primera mitad de la temporada, vivió una noche de lo más complicada ante el Alavés: comenzó como carrilero y, por momentos, acabó casi de mediocentro.
Tras una primera mitad sufriendo (mucho) ante Rioja, Sampaoli tocó las teclas necesarias para que Montiel mejorase su papel. En una idea que no es nueva en Sevilla -Sampaoli lo hizo en su primera etapa con jugadores como Escudero o Sarabia-, el reciente campeón del mundo bailaba su posición con Jesús Navas, pasando, según ataque-defensa, de ser el tercer central a sumarse a la zona de mediocampistas.
Así nació el 0-1, con Montiel incrustado casi como organizador y Jesús Navas como carrilero y así fue el Sevilla, aunque no tanto como le hubiese gustado, neutralizando los ataques que llegaban desde la izquierda.
El paso de los minutos fue maquillando el encuentro de Montiel y cuando consiguió compenetrarse con Jesús Navas, le dio alas al equipo no solo en lo defensivo, sino también en lo ofensivo.
Sampaoli necesita al Montiel competitivo, aguerrido e inteligente que llegó de River. Esta vez, en la adversidad de una idea poco habitual, con un equipo atenazado y con un Alavés cargando el área, el diestro creció y ganó algo de oxígeno en una temporada en la que, al menos en su club, todo no está saliendo como él esperaba.