El Sevilla FC se jugaba este sábado muchísimo en el Ramón Sánchez-Pizjuán, donde recibía a un Cádiz CF que, cosas de la vida, se ha convertido en un rival directo en esta temporada 2022/23. El partido llegaba en una situación complicada, precedido además de una manifestación de protesta en los aledaños del estadio, pero el sevillismo volvió a mostrar su mejor versión en las gradas nervionenses.
Hubo protestas al palco, sí, pero antes y después de que Hernández Hernández decretara el inicio y el final del choque. Durante el tiempo que duró el partido, la grada de Gol Norte en particular, y todo el estadio en general, estuvieron cerca de sus jugadores. 37.488 aficionados se dieron cita en Nervión, en una de las mejores entradas de la temporada.
La afición estuvo con los suyos y, por ejemplo, echó una gran bronca al colegiado tras la anulación del gol a Erik Lamela. También espoleó al equipo con el ya clásico “échale huevos” de los momentos difíciles cuando parecía que el partido volvía a escaparse, y tres minutos después llegó el penalti de Iván Alejo por mano que marcó Rakitic.
Hernández Hernández señaló el final del partido y el Sevilla volvía a ganar. Momento de alivio y de regresar a la protesta contra el palco y los grandes accionistas. Tras una pancarta en Gol Norte en la que se podía leer “Limpieza total del Sevilla”, los aficionados pidieron la dimisión de José Castro y también se pronunciaron en contra de José María del Nido Benavente, dando continuidad a la movilización que realizaron antes del encuentro. Mientras tanto, los jugadores celebraban con la grada y algunos daban la vuelta al campo saludando a una afición sabia que sabe cuál es el momento de cada cosa.