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El uno por uno del Sevilla: muchos suspensos en la primera derrota de Mendilibar

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Deletree conmigo: P E R I O D I S T A

El Sevilla FC ha sufrido la primera derrota de la era Mendilibar en un partido en el que el Girona FC ha sido superior, sí, pero en el que también ha estado negado de cara a portería, marrando numerosas ocasiones. El arbitraje de Muñiz Ruiz tampoco ha ayudado.

En ElDesmarque analizamos, una por una, las actuaciones de los jugadores de Mendilibar:

Dmitrovic (4): Fallo en la salida del córner que originó el gol de Juanpe y tampoco estuvo especialmente fino en el segundo. Un día en el que se echó mucho de menos a Bono.

Montiel (2): Su banda fue un coladero todo el partido. Riquelme y Miguel Gutiérrez hicieron con él lo que quisieron, y encima en ataque no aportó nada. Ofuscado todo el partido.

Badé (6): Aunque el Sevilla acabó perdiendo en casa, el partido defensivo de los dos centrales no fue malo teniendo en cuenta que nadie les ayudaba. Badé volvió a ir bien al corte y solo  en una ocasión Riquelme hizo que se vieran sus costuras. Pese a ello, incluso en esa jugada se rehízo.

Gudelj (6): Vio una amarilla en el minuto 4, dando inicio al recital de Muñiz Ruiz. Pese a ello, fue capaz de aguantar con solvencia y estuvo bien durante casi todo el choque, a pesar de que casi nadie les ayudó en materia defensiva.

Acuña (5): Oficio. Sacando bien jugadas comprometidas, pero muy poco preciso a la hora de centrar en ataque. Tuvo una clarísima en la segunda parte que envió arriba. Vio una amarilla por protestar por el tiempo cumplido que tendría que haberse ahorrado.

Fernando (4): Muy a disgusto todo el partido, el Girona superaba con facilidad la línea del centro del campo y corrió demasiado hacia atrás. Así, de hecho, llegó la jugada del segundo gol. Poco más tarde fue sustituido.

Pape Gueye (3): Muy descolocado todo el partido. Ni es mediocentro defensivo ni lo contrario. Llamativo, pero impreciso, no ayudó en nada a Fernando y sus llegadas fueron a trompicones y poco efectivas.

Ocampos (5): Sacó a relucir su versión más precipitada, pero al menos sí quiso y apretó al rival durante los 90 minutos. Fue de los más ofuscados por el arbitraje sibilino de Muñir Ruiz. Pudo ser objeto de penalti en la primera mitad. Acabó fundido.

Papu Gómez (3): La sorpresa del once inicial. No hubo pito alguno pese a que cabría esperarlos hasta que fue sustituido, pero el Papu no dio el nivel. Demasiado intranscendente y poco preciso.

Fernando y el Papu protestan a Muñiz Ruiz en el Sevilla-Girona (Foto: Kiko Hurtado).

Bryan Gil (4): Falló ocasiones clarísimas que habrían cambiado el partido. Estuvo muy activo, eso sí, aunque el árbitro le desquició cobrando como faltas cargas que difícilmente pueden convertirse en ilegales para un jugador con su físico.

En-Nesyri (5): Mira que estuvo, mira que chocó, pero no le dieron casi ninguna bola en condiciones. Su entrega siempre es sobresaliente, pero depende mucho de la precisión de sus compañeros.

Suso (6): Salió para dar criterio al Sevilla en ataque, y mejoró con creces al Papu Gómez. Debe ser muy importante en el tramo final de la temporada. Evidenció con un magnífico disparo al palo en los estertores del partido que el Sevilla no iba a marcar un gol este lunes ni aunque el partido durara seis horas.

Rakitic (5): Con él y sin Fernando, el equipo sufrió menos en el centro del campo. Tampoco tiene una varita y no es el hombre más indicado para revolucionar un partido.

Rafa Mir (4): Habría sido un sin calificar de manual de no haber sido por el pelotazo infame que dio en el primer balón que le cayó.

Erik Lamela (s.c.): Sin tiempo. Muchas ganas, pero ya no había nada que hacer.

Mendilibar (4): Primera derrota de Mendilibar desde que es entrenador del Sevilla. Su apuesta por el Papu no funcionó, y quizás su principal error fue mantenerlo sobre el césped. Míchel le dio donde más le duele, ganándole en la pizarra con un equipo que sacaba con cierta facilidad la pelota desde atrás, con un centro del campo bastante ausente y muy deslabazado. El equipo, eso sí, disfrutó de numerosas ocasiones, pero esta vez no vio puerta.