Aitor Ocio fue uno de los jugadores que formaron parte de aquella mítica plantilla del Sevilla FC que ganó las dos primeras UEFA Europa League. Desde ElDesmarque hemos podido hablar con él para rememorar el hito que supuso en la historia del club esos primeros títulos europeos y lo que han significado para las generaciones posteriores. Además, también ha analizado el choque contra la Juventus y las posibilidades del equipo de Mendilibar de alcanzar otra final. En el vídeo superior puedes ver la entrevista completa.
El defensor vasco llegó a Sevilla procedente del Athletic Club en el año 2003 y, tras una difícil adaptación, consiguió convertirse en uno de los centrales más laureados de la historia del Sevilla FC. En los cuatro años que jugó se consiguieron las dos primeras UEFA Europa Leagues y la Copa del Rey de 2007, un palmarés envidiable para cualquier futbolista profesional.
“Sin duda, recuerdo las primeras finales cuando se acerca una fecha importante o algún motivo especial”, comenta Aitor Ocio. “Soy consciente de lo que representó porque a lo largo de la historia todo esto se mantiene por ese comienzo y yo tuve la suerte de ser parte de las primeras”.
El exsevillista recuerda que “ese vestuario estaba muy comprometido” y menciona al joven Antonio Puerta como uno de los jugadores más determinantes dentro de esa plantilla. “Había pesos pesados como Javi Navarro, David Castedo… aunque todos los jugadores estaban completamente identificados con el sentir sevillista. Nuestro querido Antonio Puerta fue determinante en esa semifinal siendo un joven de la cantera y ya tenía un peso importantísimo dentro de la plantilla”.
El propio Aitor Ocio confiesa que él siempre tuvo fe en que iban a ganar esa semifinal contra el Schalke. “Tenía la sensación con el 0-0 de que íbamos a ganar. En Alemania estaban jugando fenomenal y el partido de ida nos había costado muchísimo, pero tenía esa convicción”, comenta el defensor que no pudo contener las lágrimas cuando terminó el partido. “En el vestuario acabé en una esquina llorando a moco tendido, algo que nunca me había pasado antes. Cuando veía a deportistas llorando cuando ganaban yo no lo entendía y aquel día derramaba lágrimas”.