Suena el himno, se activa el modo Europa League. El Sevilla, tras eliminar al Manchester United con total justicia, visita este jueves a la Juventus (21.00 horas, Juventus Stadium) con derecho, otra vez, a soñar en este escenario. Allí se ganó una final, ahora toca ganarse el derecho a jugar otra.
No ha sido un camino sencillo. El Sevilla, tras un año irregular, tras un año peleando en el barro, se pone el traje de gala. Los de José Luis Mendilibar, aunque parezca increíble, pelearán este jueves, a partir de las 21.00 horas, por tener acceso a su séptima final de la Europa League en su historia. Para ello, varios puntos claves.
Hablar de la Juventus, de primeras, es hablar de futbolistas con un increíble potencial como Di María o Vlahovic. Los italianos amenazan muchísimo, pero ha sido el propio José Luis Mendilibar el que, en su rueda de prensa previa a la cita, ha recordado que los de Allegri son mucho más que nombres ofensivos.
"Me preocupa todo. Lo normal es hablar de Vlahovic o Di María, pero me centraría también en su poderío defensivo. Es difícil jugarles por dentro, es difícil crearles oportunidades y ellos suelen aprovechar las que tienen", decía el técnico como advertencia a sus jugadores.
El Sevilla deberá jugar con los tempos. Turín no es Manchester y la Juventus no será el United. Mientras los ingleses prometían juego ofensivo y campo abierto, los italianos tenderán a temporizar mucho más, a intentar que el Sevilla no les haga daño y, en cuanto puedan, aprovechar un despiste defensivo.
El Sánchez-Pizjuán se prepara para vivir otra noche histórica como la de hace semanas, pero para ello será vital traer un buen resultado antes de Italia.
Mendilibar se ha calificado como un "novato" en este tipo de encuentros, pero ha recordado que sus jugadores no lo son. La inexperiencia de Mendilibar, para bien, le lleva a dar un discurso alejado de la presión, de la necesidad y pide que "disfruten minuto a minuto de la eliminatoria".
Los jugadores del Sevilla, tras una temporada tan complicadaba, deberán aprovechar esta cita para volver a sentirse grandes, para demostrarle a Europa que el aficionado blanquirrojo tiene derecho para soñar, otra vez, en Turín.