Telles está condenado a ser una de las figuras del final de temporada del Sevilla. Bendita condena, que dirían algunos. El lateral zurdo brasileño, tras la expulsión de Acuña ante la Juventus y la confirmación por parte de Mendilibar de que será casi imposible que juegue, será -casi con toda probabilidad- titular en el once ante la Roma y este pasado domingo, ante el Real Betis, firmó un buen encuentro en su primera gran prueba antes de Budapest.
No ha sido, ni mucho menos, su mejor temporada. Telles llegó el pasado verano desde Manchester con la promesa de recuperar su nivel, de volver a ser el hombre que demostró ser en el Porto, sin embargo, entre lesiones, infortunios y malas tardes, el brasileño se ha quedado a medias.
Sin ser, ni mucho menos, de los que peor nota acumula esta temporada, sí es cierto que Telles ha vivido en una constante montaña rusa en Nervión: sus destellos se mezclaban con borrones y estos últimos, como bien sabe el aficionado, siempre ganan.
Por esta misma razón, el encuentro ante el Betis se antojaba vital. Alex Telles partía como titular este domingo como parte de las rotaciones planeadas por Mendilibar y, lógico, como parte de un plan que le permita llegar con la máxima confianza posible a la cita ante la Roma.
El brasileño, sin demasiados alardes, cumplió con su cometido, no desentonó demasiado en defensa y, por momentos, se dejó ver en ataque.
Su nivel, parece, aún está lejos de Marcos Acuña, pero Telles ya demostró en su día que guarda nivel de sobra para lucir en Europa, ahora queda que, tras un año tan irregular, se convezca a sí mismo de que puede ser, aunque tenga opciones mínimas de seguir en el Sánchez-Pizjuán, ese futbolista que Monchi pensó que podía ser en Sevilla. Al menos, ante la Roma.