El Sevilla brindaba la séptima Europa League a sus aficionados durante un recorrido que estuvo marcado de grandes momentos. Monchi fue uno de los protagonista y llevó la batuta de la celebración.
Monchi en un momento de la rúa dirigió con sus manos, cual director de orquesta, a los aficionados para que cantaran el himno del centenario del equipo.
El avión que trasladó a la delegación oficial sevillista desde Hungría llegó tras algo más de tres horas de vuelo. La plantilla de futbolistas y técnicos bajó a la pista al grito de "Campeones, campeones".
Ataviados algunos con camisetas con el lema "Nadie la quiere como nosotros", los jugadores y miembros del cuerpo técnico hicieron un pasillo en las escalerillas del avión. Mientras Castro, junto al entrenador y los capitanes, descendió con la copa y posteriormente se la cedió a Jesús Navas para que la levantara al cielo de Sevilla en medio del júbilo de un grupo numeroso.
Tras posar para la foto oficial a pie de pista, la comitiva sevillista se montó en un autobús descapotable para iniciar su desplazamiento hasta el centro de la capital andaluza. La primera parada de la expedición fue a la residencia de ancianos de las Hermanitas de los Pobres.
Desde ahí pusieron rumbo hasta la Puerta de Jerez, en pleno casco histórico de Sevilla y lugar tradicional de las celebraciones de los sevillistas. Pasaron también por la Catedral de Sevilla, antes de llegar por la céntrica Avenida de la Constitución al Ayuntamiento. El fin de fiesta sería en el Ramón Sánchez-Pijuán