El Sevilla FC alzó este miércoles su séptima Europa League. Probablemente la más difícil e inesperada de su historia, pues pocos podían imaginar, con el club en barrena inmerso en la pelea por no descender, el final tan bonito que el fútbol les iba a deparar. Después del penalti de Montiel el equipo que dirigía José Luis Mendilibar explotaba de júbilo y los miles de sevillistas que no pudieron viajar hasta Budapest se desplazaron a la Puerta de Jerez para celebrar el título.
Hasta altas horas de la madrugada disfrutó el sevillismo, disfrutando entre júbilo y jolgorio de una nueva noche europea épica. Era hora para liberar tensiones. Los había que no aguantaban las lágrimas, entre amigos y familiares, también había quien celebraba a su manera, sin camiseta y con bengalas, e incluso los que les tocaba cumplir promesas.
Una de las más llamativas fue ver cómo un aficionado se llevó su maquinilla hasta la Puerta de Jerez. Ahí, este particular sevillista rapó a su amigo, muy probablemente cumpliendo una de las promesas realizadas si su equipo alzaba la Europa League. "Somos hombres, aquí se cumple lo que se promete", decía uno de ellos. El Sevilla lo consiguió... y este aficionado cumplió. Se rapó en mitad de la calle. Una locura a la altura del club. Puedes verlo en el vídeo de arriba.
Varios miles de sevillistas se concentraron en la Puerta de Jerez, céntrica plaza de la capital andaluza donde celebran sus éxitos, y lo hicieron como antaño, ya que la última vez que se consiguió un título, también en el de Liga Europa en Colonia en 2020, fueron unos festejos muy restringidos por las normas sanitarias impuestas por la pandemia de la covid-19.
Entonces, los hinchas también se hicieron notar después de superar la final que le ganaron al Inter de Milán (3-2), pero ya en las previas del partido se pidió desde distintas instituciones públicas y desde el propio Sevilla FC que los aficionados vivieran el partido con la intensidad que se debía pero sin incumplir las normas establecidas.
Tres años después, la situación es la de antaño, con miles de sevillistas que llenan la plaza con todos los distintivos rojos y blancos posible y con todo el repertorio de cánticos ante la miradas de los agentes de la policía local, que, además de las vallas, impiden el acceso a la fuente.
Además, por toda la ciudad, especialmente por el centro y por el barrio de Nervión, donde está ubicado el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, se nota la fiesta sevillista en los bares que siguen abiertos y con el sonar de los claxon de los coches y motocicletas.
Noche larga para muchos que tendrá continuidad. Este jueves llegará la expedición oficial sevillista desde Budapest, que será por la tarde, y las tradicionales visitas a la catedral, ayuntamiento y el fin de fiesta en el estadio después de que este miércoles se impusieran al Roma en la capital húngara en una tanta de penaltis tras un empate a uno, lo que le ha dado al Sevilla su séptima copa de campeón de la Liga Europa en un pleno de intentos.