Es relativamente fácil ser sevillista en Nervión, el Cerro del Águila, Triana o, incluso, Osuna. Permitan la licencia. Pero seguir al Sevilla FC con un amor incondicional desde el otro lado del charco, a casi 10.000 kilometros, es algo al alcance sólo de unos pocos. Ese es el caso de Luis Manzanares, un absoluto guardián de Nervión que vive su sevillismo en Morelia, en el estado mexicano de Michoacán.
Entre Morelia y Guadalajara hay algo menos de 300 kilómetros por carretera, una distancia asequible para Luis y su familia, que en un número de ocho personas recorrieron kilómetros para estar junto a su Sevilla FC en el primer derbi sevillano que se disputa en el continente americano, un partido que acabó, como suele suceder en estos duelos de máxima rivalidad hispalense, con triunfo sevillista. “Como siempre nos llevamos la victoria”, decía Manzanares a ElDesmarque poco después de que En-Nesyri hiciera su golazo cuando todo parecía que iba a acabar en tablas.
Sevilla on tour. 🔴⚪️ pic.twitter.com/wjROPMBYol
— Luis Manzanares (@ldmanzanares) August 2, 2023
Luis Manzanares vivió en Nervión durante un tiempo sobre el año 2012, tiempo suficiente para empaparse de sevillismo y convertirse en hincha blanquirrojo. Regresó a su país y se llevó con él su pasión sevillista, fundando incluso un nuevo Sevilla FC en 2019, un equipo amateur para competir en fútbol sala en el estado de Michoacán que lo hizo con las camisetas oficiales del Sevilla.
Ahora, tras vivir el derbi de Guadalajara, Luis Manzanares ha enviado una carta al sevillismo de todo el mundo a través de ElDesmarque. Una misiva en la que destaca los grandes hitos conseguidos por el club y, sobre todo, el respeto que despierta allá por donde vaya.
Un texto que merece la pena que lea el sevillismo, desde el más crítico al más condescendiente.
Lo vivido un 2 de Agosto del 2023, quedará para la historia en la internalización del SEVILLA FUTBOL CLUB.
Todos tenemos familiares, amigos y/o conocidos futboleros tanto de fuera de Sevilla incluso de otros países que no son sevillistas. Todos estamos en el mundo de tal forma que, cuando departes de forma seria sobre el Sevilla con alguien que no tiene nuestra pasión, es prácticamente unánime el sentir.
El hecho de que un club de la dimensión social y económica del Sevilla FC salga casi a final por año, tenga las vitrinas como las tiene, reinvente el equipo de forma recurrente, juegue en Europa todas las temporadas prácticamente, levanta una mezcla de fascinación, perplejidad y envidia más o menos sana entre el analista, aficionado o periodista.
Vivimos un Sevilla con una capacidad de generar pasión y afición en las nuevas generaciones como nunca se vio y que en la última década ha ganado más títulos, por decir algunos, que el Arsenal, Milán o Manchester. Ya los niños piden la playera de Bono, Ocampos, y no puede faltar la de En-Nesyri.
Me queda clara la sensación que la consideración general que el Sevilla FC posee fuera de la ciudad es muy superior a la que puedan detentar ahí, donde hay algunos que bien por la humana regla de la inmutabilidad preconcebida o bien amparados en un presunto paraguas de la exigencia -exprimiendo dicha virtud de forma torticera-, han perdido un poco la perspectiva de quién es el Sevilla FC, de dónde venimos, hasta dónde podemos llegar y cuál es la dimensión social y económica de una entidad que ve como sus rivales tiemblan.
En el fondo y en teoría, todos los humanos tenemos un punto de narcisismo que hace que pensemos que lo hacemos mejor que el de al lado, pero en el caso del Sevilla el narcisismo se va a hacer puñetas. Los de fuera, los competidores, nos ven más altos, más guapos y más fuertes de lo que nosotros mismo nos vemos. El histrionismo sevillano en su máxima potencia.
Por último, esa sensación de estar a 10,000 km lejos de casa, pero cuando se entona el Himno del Centenario, cierras los ojos y te sitúas en un Jueves de Feria, jugando Europa League y gritando “¡Sevillista seré hasta la muerte!”, yo me quedo con esa sensación.
Luis Manzanares Agosto,2023