La fe es sinónimo de creencia, de tener esperanza y confianza en que algo bueno va a suceder. Te agarras a ella cuando las cosas vienen mal dadas o simplemente cuando tienes algo muy importante entre manos, aunque seas consciente de que en la mayoría de las veces solo con la fe no es suficiente. No puedes esperar a que ocurra un imposible que lo cambie todo, pero la ilusión es lo último que se pierde.
Esa sensación conjunta de fe e ilusión se multiplica por mil si hablamos de Sevilla, una ciudad que tiene la dualidad como filosofía de vida y que lleva todo al extremo, pero que no puede estar más orgullosa de ser cómo es. Es el lugar de la fe en sus Esperanzas, al otro lado del Guadalquivir o tras el Arco de la Macarena. El sitio donde si tienes la necesidad de recuperar la fe perdida, se va uno a San Lorenzo a los pies de él.
Y para ilusión, la que tienen cada primavera en el barrio de Nervión. Esa que va expandiéndose e impregnando todos los rincones de Sevilla. El orgullo de tener un equipo que lleva el nombre de la ciudad, la ilusión de representarla y defenderla por toda Europa y la fe de volver a ser campeón. Una sensación generalizada que tendrá el sevillismo antes de irse a la cama esta noche de verano.
Hay debate en torno a la planificación deportiva del club, hay cierto nivel de pesimismo tras ver a un Sevilla lento y sin ideas caer derrotado en la primera cita de la temporada en su estadio, hay alarma por la baja de Fernando y también hay sensación de angustia al pensar que hay que verse las caras con el mejor equipo del mundo en la actualidad.
Todo eso es para preocuparse, pero si algo han aprendido los amantes del fútbol durante todos estos años es que son el Sevilla Fútbol Club, que están a las puertas de una merecida nueva final y que son expertos en formar líos tela de gordos en Europa cuando nadie da un duro por ellos. Y si algún aficionado 'citizen' no se lo cree, que le pregunte a sus vecinos de Old Trafford.
Mientras cae la noche, en el sevillismo desaparecerá de golpe y porrazo todas esas sensaciones negativas y las transformará en fe e ilusión. La fe de volver a hacerlo, como en 2006, cuando el equipo gigante de Messi, Ronaldinho, Xavi, Iniesta y compañía se arrodilló ante el humilde sobre el césped de Mónaco. E ilusión, la que tendrán mañana los 1.200 privilegiados que honrarán el escudo en Atenas, los que se vestirán con el rojo y con el blanco con la cabeza alta por las playas andaluzas o los que tendrán las bufandas en la mano en Sevilla.
Ellos todavía recuerdan la que ibas a dedicársela a Antonio en 2007 en la que el fútbol fue lo de menos, la que tenías ganada ante el Real Madrid en el descuento y la acabaste perdiendo en la prórroga en Noruega o la que tuvo En-Nesyri en sus botas en aquel fatídico mano a mano ante Neuer. Muchos finales trágicos de Supercopa que ya merecen uno feliz.
Hazlo por ti y por los que creen que no le durarás ni un asalto al Manchester City, pero, sobre todo, hazlo por todos los que sienten una pasión sevillista que morirá contigo. Ellos han estado contigo en las malas, cuando tú sufrías en el barro. Ahora solo te piden una cosa, que te dejes el alma y que tengan que derrochar litros de sangre, sudor y lágrimas para tumbarte en Atenas. ¿Quién eres tú para robarles la fe y la ilusión a ellos?
amigos aunque soy betico os deseo lo mejor en este partido un abrazo
mas que fe o de ilusion .....es que se le ponga tambien a este arbitro un chalet en marbella como al ingles antony tailor.....todos sabemos que a los ingleses les mola la costa del sol y asi fernando puede jugar al balonmano de nuevo... ah no que no juega tiene cagalera...jajajjajaja
Bonito y cierto desde Bogota Colombia a 8500 km, soy de los desctrito en tu articulo nuestra religion sevillista, no nos permite dejar de creer en ti. Vamos mi Sevilla