Una por una, decían en el colegio, no es trampa. Marko Dmitrovic, guardameta del Sevilla FC, fue el gran protagonista blanquirrojo este miércoles (1-1) tanto en el lado negativo, al fallar claramente en el primer gol del Lens, como en el positivo, al detener dos clarísimas de los franceses en la segunda mitad. De suspenso a salvación, en apenas un encuentro.
No fue, sin dudas, la mejor noche de Dmitrovic. El meta serbio, titularísimo desde que Bono se marchase del club, había vivido el inicio de curso -después de una dura pretemporada- sin apenas debate, pero este miércoles volvió a despertar fantasmas.
Tras una gran jugada francesa, Ramos realizó una falta en la frontal que, por distancia, parecía difícil de anotar, pero acabó convirtiéndose en el gol francés. Por su palo, con una barrera que no pudo hacer nada y sin demasiado peligro. El Sánchez-Pizjuán, al verlo repetido en el descanso, era un clamor.
El error, evidente, despertó las dudas, las críticas y a una memoria que no olvida que Bono se marchó y el club decidió apostar por Nyland. Sin embargo, Dmitrovic se repuso e incluso, visto lo visto, acabó siendo el héroe de su equipo.
Con el conjunto blanquirrojo, como empieza a ser habitual, roto, el Lens se fue creciendo, empezó a acumular ocasiones y el serbio tuvo que realizar dos paradas salvadoras para que su equipo no perdiese el punto que ha sumado.
La primera, con un remate en el área pequeña de Guilavogui; la segunda, inmediatamente después, sacando otro cabezazo en el córner que él mismo había provocado con su anterior parada.
Del clamoroso error en la primera mitad, a las dos acciones que permitieron al equipo sumar un punto en la primera jornada de la Champions.