Cuando Sergio Ramos aceptó las condiciones del Sevilla FC y volvió a enrolarse en la disciplina nervionense, pronto tomó el rábano por las hojas, pidió perdón a los sevillistas que se hubieran sentido ofendidos por sus actos del pasado -hasta aquí todo normal-, y empezó a hablar de marcar goles con la camiseta del equipo de toda su vida. No es algo lógico si se tiene en cuenta que el camero es defensa central -uno de los mejores de la historia, si no el que más-, pero sí si se echa un vistazo a las estadísticas y se comprueba que pocos zagueros han tenido una relación tan especial con el gol como él.
Desde aquellos primeros días de septiembre, estaba claro que Sergio Ramos estaba deseando marcar un gol con la camiseta del Sevilla y celebrarlo. “Era un sueño volver aquí, mi abuelo, Puerta, todos ellos desde arriba merecen volver a escuchar mi nombre coreado, un gol mío en el Sánchez-Pizjuán”, dijo en su primera entrevista como sevillista. “Con muchas ganas de ponerme este escudo en el pecho nuevamente, marcar un gol, sentir que la grada se cae escuchando mi nombre”, añadía segundos más tarde.
También en su presentación habló de goles, como si fuera un delantero, cuando reiteró sus disculpas a los sevillistas. “Espero hacerles cambiar la opinión con rendimiento, goles, o demostrando que vengo a defender el mismo escudo y estamos en el mismo barco”. Hasta tres referencias explícitas a su capacidad goleadora.
Este martes en Granada, Sergio Ramos marcó su primer gol en LALIGA EA Sports en su segunda etapa como sevillista, un tanto que sirvió para sentenciar una victoria que era vital para su equipo. Es su cuarto tanto de la temporada, después de haber marcado dos en Champions -PSV y Lille, de penalti- y uno en la Copa del Rey, ante el Atlético Astorga, también desde los once metros. Además, es el primero que marca de cabeza, y eso que tiene una especie de imán para ser casi siempre el que remata los centros a balón parado, como el de Suso en Los Cármenes. Las ganas que tenía de marcar las demostró en Cádiz, cuando se besó el escudo compulsivamente tras batir a Conan Ledesma, en un tanto que finalmente fue anulado por el VAR por fuera de juego posicional de Ocampos. Después de aquella jugada han venido cuatro dianas, y ya es el segundo máximo anotador del equipo sólo por detrás de En-Nesyri.
El gol ante los nazaríes es historia del fútbol español, pues el sevillista se ha convertido en el segundo defensor que marca más de 75 goles en la competición liguera. Ese ranking está liderado por Fernando Hierro, con 105 goles, aunque el malagueño de Vélez jugó mucho tiempo como centrocampista. Sergio Ramos, asimismo, ha conseguido ver portería en sus últimas 18 temporadas en Primera División. Sólo se quedó sin marcar en la 2003/04, en la que disputó siete partidos con el primer equipo sevillista en sus primeros pasos en la élite.
Su primer gol en Primera fue ante la Real Sociedad, el 26 de septiembre de 2004. Esa misma campaña le marcó al Real Madrid el 14 de mayo de 2005, y meses más tarde se marchó rumbo a Chamartín. Ahora, 18 años y medio después, Sergio Ramos por fin ha marcado su tercer gol en LALIGA como sevillista. Su sueño, su promesa, se ha hecho realidad.