Mientras se disputaba la eliminatoria de octavos de final entre el Getafe CF y el Sevilla FC, en el palco del Coliseum se vivía una situación que hacía mucho tiempo que no se presenciaba. José María del Nido Carrasco, presidente del club sevillista, presidía el partido junto a Ángel Torres, su homólogo getafense, y a su vicepresidente José Castro. Sin embargo, la novedad fue la presencia, muy cerca de su padre, el expresidente y principal opositor del actual consejo, José María del Nido Benavente.
Del Nido Benavente ocupaba un asiento en la segunda fila del palco del Coliseum, pues es sabida su gran amistad con Ángel Torres, que le ha invitado a presenciar el partido en el palco de honor. Así las cosas, apenas unos metros han separado a ambos, en concreto una fila y cuatro asientos, justo cuando la lucha accionarial vive un periodo de calma tensa, después de que el padre considerara a su hijo como presidente “ilegítimo” del Sevilla, a la espera de que se desaten las hostilidades en las próximas citas judiciales. De hecho, en el próximo mes de febrero se celebrará el juicio por la demanda que José Castro interpuso contra Del Nido Benavente.
Exceptuando las últimas juntas generales de accionistas, hacía tiempo que no se veía tan cercanos en distancia a padre e hijo, ya que aunque el expresidente del Sevilla suele ver los partidos del equipo en el antepalco del Sánchez-Pizjuán, la distancia es algo mayor a la que les ha separado este martes en Getafe.
En su primera intervención como presidente, Del Nido Carrasco afirmó que tendía la mano a todos los sevillistas, incluido a su padre. Sin embargo, Del Nido Benavente ha indicado después que no ha tenido conversación alguna con su hijo desde que es el máximo mandatario de la entidad. La lucha continúa, pero es llamativo volver a verlos tan cerca el uno del otro.