El partido de octavos de final de la Copa del Rey fue muy especial para el Sevilla. Más allá de lograr la clasificación – que no deja de ser importante, y más teniendo en cuenta la situación del equipo –, dos jóvenes jugadores fueron los protagonistas del duelo. Isaac Romero sobresalió a base de goles y, junto a él, Alberto Flores. El portero de 20 años sumaba una convocatoria más con el primer equipo, y parecía que iba a quedarse en eso.
Pero en el calentamiento, Dmitrovic sintió unas molestias físicas que le impidieron disputar el encuentro, por lo que el canterano sevillista tuvo que enfundarse los guantes. Y no lo hacía con una defensa cualquiera, sino que en ella estaba uno de los centrales con mejor trayectoria, Sergio Ramos.
El camero estuvo muy pendiente de su debutante compañero y durante los 90 minutos trató de brindarle la mayor confianza posible. El ‘4’ le transmitió su cariño tras su primera parada, le defendió ante los desagradables cánticos de la afición rival y se mostro muy cercano a él.
Aunque Alberto también mostró su personalidad y tras el gol del empate de Jaime Mata, fue él quien se acercó a Sergio para darle ánimos. Entre ellos se vio una conexión especial. Capitán y debutante. Debutante y capitán. Conectados para defender la portería sevillista y dar un paso más en la competición del K.O.
Como reconoció el jugador al término de los 90 minutos, la camiseta del partido de su debut tenía ya un destinatario: el exportero del Sevilla Andrés Palop. “Es una promesa que tenía conmigo mismo, que Andrés Palop me dio la camiseta de su último partido y ahora ésta es para él. Desde que me conoció no ha dejado de ayudarme, ha sido un ejemplo y un ídolo para mí, personal y futbolísticamente”, afirmó ante los medios oficiales del club.