Rakitic ha dicho adiós al Sevilla. Tras 323 partidos, 51 goles, 63 asistencias y, sobre todo, dos Europa League, se ha desvinculado del equipo para irse a la liga de Arabia Saudí. Rakitic, aunque con pasaporte croata, es sevillano, y así lo ha demostrado en sala de prensa. Ha dado gracias a todo el mundo: presidentes, compañeros, entrenadores, aficionados… Pero hubo un momento que dedicó a la ciudad de Sevilla.
Habló de la comida, de la cultura, de la familia de la que ha formado parte durante tanto tiempo en la capital andaluza. Ha dado gracias a los costaleros de Semana Santa y ha dejado claro que se va a llevar parte de la tradición sevillana a Arabia para presumir de sevillanía.
En el vídeo que encabeza la noticia, el agradecimiento entre lágrimas de Rakitic a Sevilla y a su cultura.
El propio jugador reconoció al comienzo de su discurso que despedirse de un equipo es el momento que todo futbolista quiere omitir. Si encima ese equipo le ha dado tanto, ya no solo futbolísticamente si no como persona, es aún más difícil. Rakitic se prometió que no iba a llorar, algo que no pudo cumplir. Se cayó al hablar de todo lo que le había dado la ciudad y el equipo.
“Cómo puede ser que un chico nacido en Suiza, un croata, pueda decir que mi casa está en Sevilla. No solamente es mi casa… Ahora me voy, pero volveré de nuevo. Por desgracia, mi edad me castiga y no podrá ser en el campo, pero estará aquí. El SFC siempre me tendrá a su lado. Seguiré desde lejos, doy todo mi apoyo para esta difícil temporada. Tengo confianza en que todo va a ir bien, lo dejo en tus manos, Jesús. Confío en ti, presidente, sé que todo va a ir de maravilla. Me llevaré unas cuantas camisetas, para bastante lejos de aquí enseñar el sevillismo”.