Quique, contra Arrasate, Bordalás y el resto de rivales: los números del casting del Sevilla

Dicen que el fútbol es uno de los deportes, al menos en la élite, con menos memoria de los disputados, que lo que hoy es blanco, mañana es negro y que lo consigues hoy, mañana, posiblemente, no será suficiente. Eso debe pensar Quique Sánchez Flores, un técnico que hace no más de un mes conseguía darle la vuelta a la situación del Sevilla y que, tras los resultados ante Almería y Celta, y las malas sensaciones en El Coliseum, ha escuchado tantos rumores como nombres alrededor del que todavía es su vestuario. Sus competidores, los principales señalados, no mejoran sus números (históricos), pero sí son preferidos.

Son nombres como los de Jagoba Arrasate, Bordalás -con mínimas opciones por el momento- e incluso Joaquín Caparrós los que, con mayor o menor fuerza, han sido relacionados en las últimas semanas con el Sevilla.

Sea por moda, necesidad o estilo, figuras como las mencionadas, además de otros como Julen Lopetegui, conocido de sobra en Sevilla, Enzo Maresca, exjugador blanquirrojo y nombre destacado en Inglaterra, o incluso Raúl González Blanco, por aquello de ser un histórico futbolista y por lo bien que ha salido lo de Xabi Alonso, parecen tener más simpatía entre los seguidores blanquirrojos que Quique Sánchez Flores para el próximo año.

Sin embargo, si mirásemos los números de los principales favoritos, al menos de momento, para ocupar el banquillo del Sevilla la próxima temporada, la realidad es que Quique Sánchez Flores, ayudado por su experiencia en equipos como el Atlético de Madrid o el Valencia, es el que mejor números tiene en LALIGA.

En sus 345 partidos en LALIGA, Quique suma 132 victorias y 90 empates, es decir, 486 puntos, siendo esto 1.41 puntos por partido. La media, lejos de la de Julen Lopetegui (1.80), no es nada desdeñable y si la comparásemos con el resto de nombres relacionados, sería la mejor.

Jagoba Arrasate, por ejemplo, suma 230 partidos en LALIGA, con 79 victorias y 63 empates, sumando así 300 puntos, 1.30 por partido. José Bordalás, reconocido por su trabajo en el Getafe -y con pocas opciones de ser el próximo entrenador del Sevilla- cuenta con 227 partidos en la élite, con 76 triunfos y 75 empates que le dan 303 puntos, 1.33 por encuentro.

Por su parte, Joaquín Caparrós ha entrenado en 509 ocasiones en la máxima división española, con 182 triunfos y 130 empates, clavando la media de Bordalás por partido (1.33).

En cuanto a porcentaje de victorias, Quique Sánchez Flores ha ganado el 38.26% de sus partidos en la élite, mientras que Arrasate suma el 34.35%, Bordalás el 33.48% y Joaquín Caparrós el 35.76%. El actual entrenador blanquirrojo, repetimos, ayudado por su experiencia en grandes equipos, sigue siendo el más ganador.

El gran déficit de Quique Sánchez Flores

Estos números, globales, que tanto favorecen a Quique Sánchez Flores, se apoyan eso sí en el largo historial del ex del Getafe. Sin embargo, el ahora entrenador blanquirrojo también cuenta con un importante déficit en su carrera por liderar al Sevilla el próximo año.

En sus últimos años, Quique ha sumado 1.29 puntos por partido con el Sevilla, 1.00 por partido en la 22/23 con el Getafe y 1.27 con los azulones en la 21/22. Por su parte, Arrasate ha conseguido 1.30 puntos este curso, 1.39 el pasado año, 1.24 el anterior y 1.16 y 1.37, respectivamente, en las otras dos. En la comparativa más cercana, le ganaría al madrileño.

Bordalás, por ejemplo, ha sumado 1.27 este año, 1.57 el pasado, 1.26 en el Valencia y en sus tres primeros años en el Getafe sumó 1.45 primero, 1.55 después y 1.42 en la tercera. Su peor año, como Quique, sumó 1 punto por partido con el equipo presidido por Ángel Torres (20/21).

En este aspecto, Caparrós salva sus dos últimos años como héroe en el Sevilla, con 1.73 acumulado por encuentro en la 18/19 y 2.50 por cita en la 17/18 (dirigió al equipo en cuatro partidos), pero deja registros muy pobres en equipos como el Granada (0.78) o en su último año en el Mallorca (0.77). Anteriormente, tanto en el Athletic, como en el Dépor, como en su primera etapa en Nervión, siempre superó el 1.32.

Por suerte o por desgracia, en el mundo del fútbol, igual que la memoria dura poco, los números también lo hacen. Todos conocemos historias de entrenadores que no tenían feeling con la competición y acaban siendo campeones, o técnicos brillantes que no rinden en un contexto concreto, pero, como la memoria, los datos también ayudan a entender decisiones, fichajes y ventas.