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Un puntito, una sonrisita

La afición del Sevilla, en el Athletic-Sevilla (Foto: Cordon Press).
Deletree conmigo: P E R I O D I S T A

Hacía tiempo que el Sevilla FC no se sacaba a sí mismo una sonrisilla en uno de esos estadios grandes del fútbol español. Este domingo, el equipo de García Pimienta se llevó un merecido punto ante el Athletic Club, un equipo llamado a luchar por el Santo Grial de la cuarta plaza de Champions, con un entrenador de solera como Ernesto Valverde y con una de las sensaciones del fútbol español en este 2024: Nico Williams.

La vida es mucho más feliz en esta época a orillas del Nervión que en el barrio de Nervión, por eso cualquier migaja que llevarse a la boca es celebrable en el sur. Lo diga quién lo diga, nadie puede juzgar a un aficionado del club por alegrarse cuando le pasan cosas buenas a su equipo, cuando da buena imagen y consigue puntuar, ni siquiera se le puede afear que, por qué no, dé la razón a García Pimienta cuando habla de un equipo en construcción y un proceso que necesita de un tiempo. Y tampoco al que sigue viendo el vaso vacío y augura ruina. Faltaría más, tan legítimo es un caso como el otro.

Sin dos de sus jugadores más importantes -Saúl Ñíguez e Isaac Romero-, con el lunar de un Iheanacho que ya apunta a ser la versión 2.0 de Mariano Díaz, y con otros cuyo rendimiento sigue siendo sospechoso, el Sevilla cuajó un partido muy serio en San Mamés. No se llevó los tres puntos, por poco y porque su gran defecto es su falta de contundencia en las dos áreas. Ay, Lukebakio, cómo dejaste pasar a Jaureguizar. Ay, Lukebakio, cómo permitiste que Yuri fuera más fuerte que tú a por el balón en línea de gol.

Lukebakio, en el Athletic-Sevilla (Foto: Cordon Press).

Al final, con sus múltiples defectos, el Sevilla llega al derbi vivo cuando algunos ya estaban encargando las coronas de flores. Será, sin duda, el envite más exigente de la temporada hasta el momento para un equipo que, pese a sus vaivenes, está en mitad de la tabla, con similar diferencia de puntos entre Europa y los puestos de descenso. Probablemente, a lo que puede aspirar este equipo no es mucho más que estar tranquilo en la tabla después de dos años de sufrimiento inopinado.

Con sus múltiples defectos, el Sevilla llega al derbi vivo cuando algunos ya estaban encargando las coronas de flores.

La puntuación sigue siendo escasa, y las sensaciones positivas llegan solo por momentos. Si bien, la historia depende mucho de quién la cuenta, cómo la cuenta y, sobre todo, qué intereses tiene el que la cuenta. También está llena de equipos que levantaron el vuelo tras un inicio dubitativo. No tiene por qué ser esta vez, pero y si García Pimienta tiene razón… Tiempo hasta 2027 tiene para empeñarse en demostrarlo. Al menos, ya van dos sonrisillas seguidas. Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo. Es una frase de manual de taza de desayuno, una frase a tener en cuenta por los sevillistas, que el futuro pinta a negro, pero y si no. Mientras tanto, no dejen la oportunidad de sonreír, aunque sea solo un poquito.

Ejuke celebra el gol del Sevilla en San Mamés (Foto: EFE).

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