La ruta económica del Sevilla: dos años de regeneración para olvidar la deuda en la 26/27

La situación económica del Sevilla FC no es buena. No es algo que sorprenda a nadie, y más teniendo en cuenta que en la próxima Junta General Ordinaria de Accionistas, que se celebrará probablemente en los últimos días del mes de diciembre, va a presentar pérdidas por cuarto año consecutivo, esta vez de más de 80 millones de euros.

En el club entienden que estas pérdidas se sustentan en dos patas. Por un lado, el irregular rendimiento deportivo del club y, por otro, por los costes de una regeneración deportiva que está llevando a cabo el Sevilla en los últimos tiempos, que lleva aparejada una reestructuración económica que se espera que pueda dar sus frutos en dos años, para la temporada 2026/27. Para entonces, el consejo de administración que preside José María del Nido Carrasco espera que este periodo más complicado haya pasado, volviendo a equilibrar los balances económicos y regresando a los parámetros de la norma del 1-1 que establece LALIGA.

El bajo rendimiento deportivo es evidente. El Sevilla el año pasado fracasó estrepitosamente en las competiciones europeas, quedando último de su grupo en la UEFA Champions League, y además acumula dos clasificaciones muy pobres consecutivas en LALIGA EA Sports, lo que repercute también en los ingresos que se obtienen por los derechos televisivos.

El coste de plantilla, casi al 50%

Más interesante resulta el plan que empezó a efectuar el club la pasada temporada a la hora de reducir drásticamente el coste de plantilla. Éste ha bajado casi un 50%, de 203 a 109, pero también ha supuesto unas penalizaciones económicas en forma de rescisiones de contrato que han repercutido negativamente en las cuentas.

Con la salida de Monchi y la llegada de Víctor Orta en verano de 2023, el club emprendió una nueva fase de contención. Tenía 36 jugadores en nómina, una plantilla cara a nivel salarial y de costes de amortización y, además, muy veterana, por lo que era prácticamente imposible generar plusvalías en muchos de los casos, especialmente los que más coste suponían a las arcas del club.

El Sevilla se plantea entonces una regeneración que podría haberse hecho a largo o corto plazo, optando por la segunda opción. Una regeneración sustentada en ventas -Bono o En-Nesyri- y en rescisiones, entendiendo que era la forma más rápida de hacerlo. Resultaba inasumible que de los 203 millones de euros de coste salarial, 40 no jugaban en el Sevilla al ser futbolistas que tenían que irse cedidos a otros equipos al no contar en Nervión, en muchos casos asumiendo la entidad un porcentaje importante de sus salarios. En ese sentido, también se ha adelgazado el coste de la estructura corporativa del club.

Una regeneración de dos años más

A partir de entonces, entra en juego el préstamo de 108 millones suscrito con Goldman Sachs, que aporta al club liquidez para seguir con esa regeneración, evidenciada, por ejemplo, en la bajada sustancial de la media de edad de la plantilla, situándola ahora como la cuarta más joven, con un gran protagonismo de la cantera. En definitiva, el caldo de cultivo para generar plusvalías con traspasos.

El Sevilla se ha puesto como objetivo que esa regeneración dure dos años, precisamente los dos años de carencia de pago del préstamo, un periodo en el que solo pagará intereses y que debe servir para seguir acometiendo movimientos que sitúen al Sevilla de nuevo como un club sostenible. Aumentar ingresos -como por ejemplo el nuevo patrocinio de Midea- y reducir gastos, el ABC de cualquier compañía, y precisamente por ello se apuesta por José González-Dans para la dirección general, un perfil acostumbrado a la ‘economía de guerra’ de su etapa en el Deportivo de La Coruña.