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Loli, madre de Antonio Puerta, habla por primera vez tras 17 años de su pérdida: "No me hizo la señal y supe que todo iba mal"

Tito González

Loli, la madre de Antonio Puerta, por primera vez ante las cámaras. La madre del malogrado futbolista atiende, 17 años después de su pérdida, a ElDesmarque en una cariñosa charla en la que recuerda la vida futbolística de su hijo, con una tremenda emoción, con anécdotas difíciles de olvidar y un sinfín de historias que jamás pasarán al olvido: "Él tenía una señal, no la hizo y entendí que todo iba mal".

Nunca lo había hecho antes. Loli, nerviosa, explica ante las cámaras que "nunca he creído que tenía que dar una entrevista. El famoso era mi hijo, yo soy la madre de un futbolista" pero ahora es especial. Antonio Puerta habría cumplido este martes 40 años, pero ella habla "todos los días de él, en el súper, con mis amigas... siempre".

Orgullosa de su hijo, reconoce que no ha sido sencillo vivir con su ausencia estos años. "Esta es mi vida. Esto no debería vivirlo ninguna madre, pero bueno, Dios no quiere esto. Este es el destino de las personas, así lo creo, a mí la fe no se me ha ido, pero que una madre entierre a su hijo es muy fuerte", cuenta emocionada. "Espero reencontrarme con él, igual se ha cambiado de nombre, o tiene alguna novia allí arriba, con mis nietos. A mí me lo dicen y mañana estoy allí".

Entrevista en ElDesmarque a la madre de Antonio Puerta.

El día que Antonio Puerta pasó a ser leyenda

Sentada, con fotos de su hijo a su alrededor, admira las camisetas allí presentes, admira su carrera y, de vez en cuando, bromea como con aquél gol que le marcó al Schalke 04. "No era fácil, eh. Por toda la escuadra lo metió".

"Yo no esperaba que llegase hasta donde llegó...", admite antes de recordar que "ese gol estaba para él". Antonio Puerta anotó el tanto, sin lugar a dudas, más importante de la historia del Sevilla, metió a su equipo "de chiquetito" en su primera final europea y, tras la fiesta en el Sánchez-Pizjuán, se marcharon a la Feria.

"Me vine a casa corriendo, nos íbamos todos a la Feria y al niño -por Antonio Puerta- se le antojó el chaleco rosa. El chicle. Yo los tenía todos doblados, me tenía que poner a planchar y él 'venga, mamá, que me están esperando', que se iba rápido. Le dije que no tenía otro chaleco, que tenía que ser ese", recuerda con cariño. "Llegó duchado, se puso el chaleco, se perfumó y se fue".

Aquella, ella no lo sabía, sería su última noche en la Feria. "Todo era Puerta; camisetas de Puerta, comentarios de Puerta... yo era muy feriante, pero no voy a ir para que mis hijos lo pasen mal. La Feria es para ir contenta, para ir feliz, sin pena, y yo no iba a ir de ninguna de esas formas, pues me quedo en casa", lamenta.

Un chico normal, pretendido por los más grandes... hasta que nos dejó

Antonio Puerta saltó rápidamente a la fama y tras formarse, como la propia madre cuenta, con entrenadores como Luis de la Fuente, Manolo Jiménez o Juande Ramos, el '16' blanquirrojo empezó a despertar el interés de los más grandes.

Sin perder a sus amigos, "los del barrio, los de toda la vida", Puerta, hijo de un exjugador del Real Betis, se fue rodeando de figuras como la de Sergio Ramos, jugador que todavía llama a sus padres para interesarse por ellos, y despertó el interés incluso del Real Madrid.

"No había nada firmado", advierte su madre, pero sí reconoce que hubo reuniones. "Su último partido con el Sevilla... era el del Getafe", cuenta realmente emocionada.

Mantiene las lágrimas, respira hondo y recuerda todo lo que vivió aquella noche. "Él tenía una señal conmigo. No la hizo, no la hizo. En ese momento comprendí que algo no iba bien. Le vi levantarse, no piensas que sea tan grave, pero cuando le vi la cara...", admite.

"Mi hijo Raúl bajó al vestuario y yo me desmayé. Allí había un médico, me llevaron no sé donde y cuando desperté vi que Antonio no estaba ni en el campo ni fuera", sigue contando antes de mostrar la cruda realidad. "La vida te cambia en un segundo: estaba viendo a mi hijo jugar y se cae. No me lo creía, digo algo se ha roto, pero no tanto".

Antonio Puerta celebra el gol con Maresca.

Se despide como mejor sabe, como mejor sabía hacer su hijo, con una sonrisa, con una broma, con un gesto de una mujer que sabe que Antonio Puerta le sigue esperando. "Si él estuviera aquí... pero bueno, seguiré adelante, tengo dos hijos muy buenos, unos nietos preciosos... y hasta que Dios me llame. Creo que se le ha olvidado mi teléfono, pero bueno", cierra.

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