Cuando el partido es especial en el Ramón Sánchez-Pizjuán, se nota en Nervión desde horas antes del pitido inicial. El Sevilla FC se enfrentaba este sábado al Celta de Vigo. Un clásico de LALIGA EA Sports, a priori, partido disputado habitualmente y duelo entre dos entrenadores prometedores como Xavier García Pimienta y Claudio Giráldez. Hasta ahí todo normal, pero el de la jornada 17 de esta 2024/25 escenificaba la despedida de Jesús Navas como futbolista profesional del estadio Ramón Sánchez-Pizjuán.
La leyenda se despedía de los suyos, con un invitado de excepción como el Celta de Vigo que supo estar a la altura de las circunstancias. Chapeau por los vigueses, que en la persona de Iago Aspas escenificaron el homenaje de todo el fútbol español a un futbolista sin igual. Con ellos empezaron los homenajes a Jesús Navas antes del inicio, pues cuando los equipos se marchaban a vestuarios tras el calentamiento del de Moaña le daba los presentes del conjunto gallego. Una camiseta celeste firmada por los futbolistas celtiñas y una foto de su primer enfrentamiento en Balaídos.
De leyenda a leyenda.
De @aspas10 a @JNavas.El precioso detalle del @RCCelta con el jugador sevillista en su último partido en el Sánchez Pizjuán 🥹#LALIGAenDAZN ⚽️ pic.twitter.com/04Sgn2oTVC
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A la vuelta de vestuarios, el homenaje a Jesús Navas estaba ya presente. Sobre el césped estaban los ocho títulos ganados por el canterano como sevillista -cuatro Europa Leagues, dos Copas del Rey, una Supercopa de España y una de Europa-, su nombre había sido coreado de forma especial cuando el speaker y el videomarcador mostraban las alineaciones, y la guinda estaba en el Gol Norte.
Un tifo preparado por Biris Norte en el que se podía ver una imagen de él como canterano, otra actual, y en el centro, el centro de todo, el escudo del Sevilla. Abajo, la leyenda estaba clara: “El orgullo de Nervión”. Así es.
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— Sevilla Fútbol Club (@SevillaFC) December 14, 2024
Quedaba más. Los titulares y suplentes de ambos equipos le formaron un pasillo para su salida de vestuarios, vistiendo todos su camiseta-homenaje. Navas salió de la mano de sus hijos, con los que haría también el saque de honor bajo el aplauso de todos y con el simpático resbalón de su hijo menor, y sobre el césped también su mujer Alejandra, su padre Francisco y su madre Aurora, viviendo el momento de cerca.
Tanta fue la emoción, que Jesús Navas no pudo aguantar las lágrimas… ni siquiera Iago Aspas. El de Moaña fue sevillista, pero no coincidió con el palaciego en el equipo, aunque sí en la selección española, pero seguro que una temporada le fue suficiente para entender el significado del Duende de Los Palacios en Nervión, y también en el fútbol español. Cualquiera se pone a jugar así.