En la vida de Jesús Navas el fútbol ha sido, es y seguramente será, el ingrediente más importante más allá de su familia. El chico nació para jugar al fútbol, vivió para jugar al fútbol y, ahora, una vez consumada su retirada después del partido entre el Real Madrid y el Sevilla FC, toca pulsar el botón de reset y pensar en qué hacer en lugar de acudir a entrenar a la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios.
“El presidente del Sevilla FC, José María del Nido Carrasco, y Jesús Navas han acordado este mismo sábado por la mañana la renovación de la leyenda sevillista hasta el 31 de diciembre de 2024, fecha en la que el canterano dejará los terrenos de juego para pasar a trabajar en la entidad en el puesto que desee con carácter vitalicio”, anunciaba el Sevilla el pasado 18 de mayo en el anuncio de la renovación de su capitán después de dos días de lo más convulsos en torno a él.
Está llegando el 31 de diciembre, y nadie sabe aún qué va a hacer realmente Jesús Navas. En primer lugar, el jugador quiere retirarse a descansar y a vivir más intensamente su otra gran pasión: su familia. Cuando vio que sus problemas de cadera le podrían impedir ser un padre normal que juega con sus hijos se replanteó su carrera deportiva. Por mucha gasolina que le quedara, era el momento de parar.
Cuando llegue el 1 de enero, vivirá lo más parecido a un Año Nuevo convencional, así como el día de los Reyes Magos, junto a sus hijos Jesús y Romeo y su mujer Alejandra. Se dará unos días de margen, pero no demasiados para decidir ‘qué va a ser de mayor’.
Anoten Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente si no tienen claro aún que dejarle a Jesús el próximo 6 de enero. Quiere una bicicleta. Le gusta, es un deporte que no tiene impacto para su maltrecha cadera y va a dedicarle mucho tiempo de aquí en adelante. Se considera activo, se ve incapaz de estar parado, y se quitará el gusanillo deportivo con el ciclismo. Bien por carretera, bien en el gimnasio de la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios.
Si hay alguien que lo quiere por allí, ese es Xavier García Pimienta. El entrenador sevillista le concede a Jesús Navas el derecho a decidir qué es lo mejor para él… Pero que sea cerquita de su mano derecha. “Se ha ganado el derecho a decidir qué es lo que quiere hacer. Me encantaría que estuviese cerca del primer equipo, en una función que a él le guste. No sé decir cuál. Dejar que pasen estas dos semanas, nos iremos de vacaciones y hablar con él y decirle qué le gustaría hacer y trabajar en la parcela que más se sienta más identificado. Sí me gustaría que, siendo un emblema del club, estuviera cerca de la primera plantilla”.
Donde sí que estará, seguro, será en la grada del Ramón Sánchez-Pizjuán viendo a su Sevilla en cada partido. Ahí lo podrán ver, al menos, cada dos fines de semana. A Jesús Navas le toca disfrutar de la vida de otro modo, y al sevillismo disfrutar de Jesús Navas en otro lugar.