Aunque sobre el césped se estaba disputando un partido de fútbol, durante la primera parte la noticia en Nervión estaba en los aledaños del estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. Además, sobre el terreno de juego Busquets Ferrer decidió dejar con uno menos al Sevilla en el minuto 11 con una decisión más que discutible, por lo que aún había menos que ver en un partido entre dos equipos que no se jugaban nada a nivel clasificatorio.
Las gradas del estadio sevillista estaban más despobladas que nunca, al nivel de algún partido de pretemporada, pero el grueso de la afición estaba fuera del estadio protestando contra José María del Nido Carrasco, su consejo de administración y los grandes accionistas de la entidad.
Tal y como pidió Biris Norte y apoyaron otras asociaciones de sevillistas como la Federación de Peñas Sevillistas San Fernando o Accionistas Unidos del Sevilla FC, un número importantísimo de aficionados se quedaron fuera del estadio durante la primera parte, ingresando desde el descanso a las gradas del Sánchez-Pizjuán.
Desde el interior del estadio, más en silencio que nunca, se pudo escuchar la protesta de estos sevillistas, personificada en la figura del presidente, aunque también hubo tiempo para cantar el Himno del Centenario de El Arrebato antes del comienzo, o para recordar a Antonio Puerta en el minuto 16.
La protesta, centralizada en la puerta de la grada de Preferencia, fue cogiendo temperatura hasta que, aproximadamente en el minuto 25 de partido, los aficionados comenzaron a dispersarse y a ir acudiendo cada uno a sus puertas para acceder al estadio. La megafonía avisó desde horas antes del partido que el club no cerraría las puertas, pero sí avisó que no se podría permanecer ni en los vomitorios ni en los pasillos del interior del estadio por motivos de seguridad.