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¡Qué malo eres!

Periodista deportivo y Gestión de Redes Sociales

Andrés Maese III

El colegiado andaluz fue el triste protagonista de un encuentro en el que el Sporting se quedó con ocho jugadores. Iván Hernández, Luis Hernández y Nacho Cases fueron los afectados de un mal arbitraje. Cuéllar paró un penalti pero no pudo evitar la remontada maña.

La mañana soleada en Gijón invitaba a presenciar un encuentro entre dos equipos que buscan el ascenso a la mejor categoría del fútbol español. El colegiado del encuentro mostró dos cartulinas amarillas nada más comenzar el partido y puso el listón de amonestaciones demasiado alto. Santos Pargaña no estuvo a la altura de un choque en el que tanto el Zaragoza como el Sporting estaban dispuestos a regalar un buen espectáculo el día en el que sus Majestades los Reyyes Magos de Oriente hicieron su aterrizaje en la playa de San Lorenzo.

Crónica on-line

Santos Pargaña. Amonestó a Iván Hernández, Nacho Cases, Bernardo, Isma López. También sacó amarilla a Rico, Leo Franco. Luis Hernández, Iván Hernández Nacho Caes fueron expulsado por doble cartulina amarilla.

Formaciones
Sevilla FC: Cuéllar; Luis Hernández, Iván Hernández, Bernardo, Canella; Sergio, Nacho Cases, Álex Barrera (m,63. Isma López); Santi Jara (m,72. Casquero), Scepovic y Lekic (m, 55. Hugo Fraile). 
Zaragoza: Leo Franco; Arzo (m,80. Javi Álamo), Álvaro, Cortés, Barkero (m,70. Víctor), Roger, Montañés, Paglialunga, Acevedo, Cidoncha y Rico (m,63. Abraham).
Goles
0-1, m.3. Roger. 1-1,m.33. Cases. 2-1, m.49. Sergio Álvarez. 2-2, m.53. Montañés
Incidencias
El Molinón. 17.654 espectadores presenciaron el choque entre el Sporting y el Zaragoza.

El primero en golpear fue el Zaragoza con un gol tempranero de Roger, el delantero del conjunto maño aprovechó una asistencia que le dejó delante de Cuéllar para poner el primer gol en el marcador. Los rojiblancos fueron superiores en juego y garra y la recompensa llegó con el empate de Nacho Cases. El descanso del encuentro llegó con las tablas en el luminoso. La última jugada de la primera parte encendió una mecha que terminó por explotar en los segundos 45 minutos.
Los jugadores del Zaragoza recriminaron a Nacho Cases que el futbolista no enviara el balón fuera del terreno de juego cuando un hombre de los visitantes estaba tirado en el terreno de juego. Los empujones y golpes que se vieron sobre el verde de El Molinón terminaron con puñetazos en el túnel de vestuarios. Sandoval regresó al banquillo con un ojo morado debido a una agresión que recibió del segundo entrenador del Zaragoza.
La segunda mitad fue un auténtico circo, los pocos minutos de fútbol los puso en el Sporting. Sergio Álvarez marcó para adelantar a los rojiblancos con una buena jugada personal que definió con clase ante Leo Franco.
El bochornoso espectáculo del colegiado comenzó con la expulsión de Luis Hernández, que fue amonestado en la trifulca del descanso. El lateral vio la segunda tarjeta en una acción más que polémica. Con 10 hombres sobre el terreno de juego, el Zaragoza consiguió empatar. Al igual que Luis Hernández, Iván tuvo que abandonar antes de tiempo el terreno de juego. El árbitro sancionó con amarilla una falta del rojiblanco que supuso la segunda cartulina.
El Sporting quedó con dos hombres menos ante un equipo que por momentos se vio incapaz de conseguir remontar el encuentro. Los futbolistas se defendieron como pudieron con una grada entregada a la causa. La casta, la entrega y el sufrimiento de los jugadores estuvo acompañado por el griterío de una afición que quiso apremiar el trabajo de los suyos.
Cuando parecía que nada más podía ocurrir, el árbitro señaló la pena máxima y expulsó a Nacho Cases. El centrocampista vio la segunda amarilla y El Molinón enloqueció en contra de las decisiones tomadas por un árbitro que desde el minuto uno no estuvo acertado en su trabajo. Con más de 17.000 personas rezando porque Cuéllar parara el penalti, el guardameta se lanzó a su lado izquierdo para disfrazarse de héroe en un encuentro en el que los rojiblancos no merecieron la derrota.
A falta de dos minutos para el final, el Zaragoza encontró la llave de la victoria en un ataque en el que los futbolistas del Sporting no podían con el alma y se vieron superados en número. Al margen de la derrota, el aficionado del Sporting tiene que regresar a su casa orgulloso de todo lo que este equipo ha luchado para intentar obsequiar a su parroquia con los tres puntos. Un árbitro como Santos Pargaña no puede dirigir un encuentro como el que se vivió en Gijón. Si los colegiados no están a la altura, acaba pasando lo que sucedió en El Molinón.

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