La mano de la discordia

De nuevo un posible penalti por mano en El Molinón a favor del Sporting de Gijón con la consecuencia de un hombre del banquillo rojiblanco expulsado. Si ante el Barcelona B, Iñaki Tejada tuvo que abandonar su puesto antes de tiempo y fue castigado con dos partidos de sanción, ante el Alavés le tocó al preparador físico Gerardo Ruiz.

Abelardo Fernández no gana para disgustos. En primer lugar Isma López y Luis Hernández serán bajas ante la Llagostera porque tendrán que cumplir un partido de sanción por acumulación de tarjetas. Las malas noticias no terminan en el lateral y el central porque Lora tuvo que retirarse del terreno de juego por un fuerte golpe que recibió en el tobillo derecho. El madrileño llegó tocado al encuentro, pero la falta recibida terminó enviando al rojiblanco a la enfermería. Lora es seria duda, aunque como ya dijo el propio jugador al abandonar El Molinón: "Haremos todo lo posible para llegar a tiempo".
Al margen de lesiones y sanciones, los disgustos para el preparador gijonés llegan en forma de penaltis no señalados. Esta vez, ante el Alavés, la pena máxima no señala no influye en los puntos conseguidos ya que cuando el central del conjunto vitoriano toca el balón con el brazo izquierdo, el resultado ya era favorable para el Sporting de Gijón.
Tres partidos consecutivos y tres penaltis por mano no señalados. Este es el resumen que se puede hacer de las actuaciones arbitrales sufridas por el conjunto rojiblanco. Ante el Barcelona B, Edgar Lé arrastró el balón con su brazo después de que Jony centrara desde la banda izquierda. Dicha acción le costó a Iñaki Tejada la expulsión y tanto el segundo entrenador como Abelardo se quejaron públicamente de los colegiados. Seis días después, en Zaragoza, Fernández desvió el balón con su brazo derecho antes de que Guerrero marcara el segundo gol para el Sporting de Gijón. Una mano tan clara como tan inexplicable fue que Muñoz Mayordomo no señalará los once metros y expulsara al defensa zaragocista.
Estas dos jugadas encendieron a los aficionados rojiblancos que, ante el Alavés, terminaron por mostrar su malestar después de la polémica jugada en el área visitante. La victoria escondió la acción, pero parece claro que el balón es cortado por el defensa antes de que el pase de Guerrero llegara a las botas de Carlos Castro.