El Sporting no entiende de presiones

Había que ganar y se ganó. Los resultados no eran favorables para el Sporting de Gijón porque el Girona y Las Palmas habían hecho los deberes, pero 'los guajes' volvieron a mostrar su mejor versión ante un rival tan complicado como es el Mallorca. El gol de Hugo Fraile a las puertas del descanso fue suficiente para que los tres puntos se quedaran en Gijón, aunque los rojiblancos gozaron de varias oportunidades para ampliar el marcador.

Abelardo apostó por dejar a Jony en el banquillo y darle la oportunidad a Hugo Fraile en la banda izquierda. Fue la gran novedad de la alineación rojiblanca, aunque a lo largo de la semana el preparador ya había ensayado con los once jugadores que eligió para jugar ante el Mallorca.
El Sporting de Gijón fue superior a los visitantes a lo largo de la primera parte, la mejor versión de los rojiblancos llegó minutos antes del descanso, precisamente cuando Hugo Fraile anotó desde el punto de penalti. Para asombro de los aficionados, al Sporting de Gijón no solo le habían pitado un penalti hasta la fecha, el colegiado señaló la pena máxima en la última jugada antes de enviar a los futbolistas al vestuario.
Todo fue gracias a Guerrero, una vez más el delantero presionó la salida del balón del equipo rival y su esfuerzo tuvo sus frutos. El ariete le arrebató el esférico a Bigas y puso rumbo al área del Mallorca. En su camino se encontró con Truyols que cometió falta sobre el rojiblanco. Hugo Fraile, no soltó el balón y se fue decidido a dejar su sello en el choque. Sin apenas carrerilla colocó el balón en la escuadra derecha de la portería de Cabrera para alegría de la parroquia rojiblanca.
La segunda parte fue también para los rojiblancos, por lo que el resultado final es más que justo. En realidad, si el Mallorca hubiera encajado algún gol más nadie se habría llevado las manos a la cabeza porque Guerrero, Carlos Castro, Carmona y Pablo Pérez gozaron de ocasiones para batir a Cabrera.
Lo mejor del partido fue la victoria, pero también es muy positivo que el equipo ha vuelto a ser el que era. La presión al rival fue clave para que el Mallorca apenas creara peligro en el área del Sporting. Cuéllar no tuvo demasiado trabaja, mientras que los defensas visitantes recibieron varios asedios que les obligó esforzarse al máximo.
La anécdota del encuentro fue la expulsión de Pau Cendrós, no porque viera la cartulina roja directa, sino porque duró 15 segundos sobre el terreno de juego. El lateral sustituyó a Company y nada más saltar al campo cometió una falta sobre Carlos Castro que significó su expulsión.
Al margen de decisiones arbitrales, el Sporting de Gijón fue mejor y se mereció la victoria. El pulso por el ascenso directo está más vivo que nunca y de los cuatro primeros clasificados solo perdió el líder. Un claro ejemplo de cómo está la competición.