El Sporting de Gijón podría subir el próximo domingo a Primera División en el Benito Villamarín. El calendario de la liga marca el 7 de junio como el último día de la competición regular, una fecha que el sportinguismo nunca olvidará por el fallecimiento de Manolo Preciado. Tres años después de que el hombre más recordado en la ciudad dijera adiós, el equipo que le debe la vida podría regresar a la máxima categoría del fútbol español lugar al que regresó hace siete años gracias al técnico cántabro.
El 7 de junio vuelve a cruzarse en la vida del sportinguismo. Si hace tres años la parroquia rojiblanca lloraba la pérdida del hombre que había devuelto la gloria al Sporting de Gijón, en el 2015 la misma fecha podría quedar marcada en el recuerdo por el regreso del equipo a Primera División.
Mucho se ha hablado a lo largo de la presente campaña de aquel 2008 en el que un grupo de futbolistas comandado por Manolo Preciado se coló entre los favoritos para lograr el ascenso. Aquella temporada los rojiblancos consiguieron el tercer puesto que le llevó a la Liga de las estrellas después de luchar mano a mano con la Real Sociedad por abandonar la división de plata.
Este año se ha llegado a comparar al equipo de Abelardo Fernández con el de Manolo Preciado porque el Sporting de Gijón se ha presentado en una fiesta en la que no estaba invitado. El objetivo no era otro que conseguir los 50 puntos lo antes posible para asegurar la permanencia, pero con el transcurso de las jornadas, el primer objetivo quedó de lado y se fueron poniendo metas cada vez más altas.
A falta de una jornada, los rojiblancos necesitan un milagro para acompañar al Betis a Primera División, pero la vida debe una alegría al sportinguismo el 7 de junio. Las lágrimas pueden regresar a la ciudad, pero esta vez ojalá sean llantos de felicidad.