Ha sido increíble. Después de una temporada histórica, el Real Sporting de Gijón ha ascendido en el Benito Villamarín tras ganar al Real Betis, aunque la verdad es que en los últimos minutos todas las miradas del sportinguismo estaban en Montilivi.
Lo que ha pasado en Girona ha sido trepidante. El equipo local, el rival del Sporting por el ascenso en la última jornada, ha perdido el ascenso en el descuento gracias a un gol del Lugo en el último suspiro. Se adelantaron los catalanes al filo del descanso con un gol de Sandaza. El Girona había jugado mejor en la primera parte, malogrando muchas ocasiones y ese gol hacía justicia.
Sin embargo, todo cambió en la segunda. Los jugadores gerundenses se amilanaron y las noticias desde Sevilla no eran buenas. Los goles de Isma López y Jony – Guerrero había marcado en la primera mitad- provocaban que si el Lugo marcaba el Girona sería superado por el Sporting de Gijón.
Tuvo muchas llegadas el equipo gallego, pero no fue hasta el minuto 90 cuando Caballero, con un cabezazo, batía al portero Becerra y desataba la decepción en Montilivi y la euforia en el Benito Villamarín, en donde locales y visitantes esperaban un final feliz para el equipo rojiblanco.
Pero aún hubo más, pues pasado el minuto 93 Lejeune hizo el gol que devolvía el ascenso al equipo gerundense, aunque fue anulado por un fuera de juego claro. Eso desató las iras del público, que respondió lanzando una botella que golpeó al árbitro asistente. Ante esa situación, Sánchez Martínez suspendió el encuentro cuando quedaba minuto y medio para que se cumplieran los cuatro de descuento.
Pasaron varios minutos, y pese a que el partido se había dado por finalizado, se reanudó prácticamente media hora después. Se jugaron cuarenta segundos que, por suerte para la afición asturiana, no movieron el marcador. El colegiado pitó el final y el Sporting de Gijón, tres temporadas después y tras más de media hora de una espera interminable, regresa a Primera División.