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Sporting
1-0
Málaga

Halilovic vino para esto

Halilovic celebra el gol de la victoria frene al Málaga. (FOTO: Rodrigo Medina).
Andrés Maese

Alen Halilovic ha demostrado en El Molinón por qué un equipo como el Barcelona se fijó en su fútbol. El delantero del Sporting de Gijón hizo lo que quiso cuando quiso y como quiso para guiar a su equipo hacia la victoria ante un rival directo como el Málaga.

Apenas lleva tres meses en Gijón y Alen Halilovic ha demostrado que tiene talento de sobra con un balón en las piernas y con una botella y un vaso de sidra para escanciar un culín. El pequeño delantero, apodado como "Guajilovic" por sus compañeros decidió celebrar su gol con un escanciado cuyo estilo fue tan perfecta como su ejecución en la frontal del área para doblegar a Kameni. 
Sería injusto hablar de un solo futbolista por encima del resto en un grupo de futbolistas que destacó por ser una piña la temporada pasada y que este año están convencidos de que conseguirán la permanencia con la unión. Pero con Halilovic sobre el terreno de juego, es imperdonable no destacar a un joven jugador que está llamado a estar entre los mejores en un futuro no muy lejano.
Nadie pudo parar a Halilovic, el croata tuvo su noche ante su afición y cuando este tipo de jugadores están de dulce sobresalen por encima del resto por su descaro, su velocidad, su remate y su calidad demostrada en cada una de las jugadas en las que el balón tuvo la fortuna de terminar en sus botas.
El Sporting de Gijón fue superior a un Málaga que desde el primer minuto mostró una cara amarga, con unos jugadores que apenas estaban motivados y que jugaron a un ritmo más que cómodo para los jóvenes rojiblancos. Cuéllar apenas pasó apuros porque entre el juego soso de los andaluces y la espléndida actuación de Bernardo y Luis Hernández, tanto Charles como el resto de lo hombres que se acercaron al balcón del área apenas se dejaron notar.
Lo mejor del equipo fue la solvencia defensiva y la cantidad de ocasiones creadas con peligro. Isma López y Halilovic, en dos buenas jugadas, pudieron aumentar la diferencia en el marcador, pero no tuvieron fortuna en las diferentes definiciones. En realidad el croata acertó con un balón que quedó en el punto de penalti, pero Weligton sacó su remate con la mano en un claro penalti que Mateu Lahoz no quiso señalar porque el colegiado lo vio aunque no lo interpretó como tendría que haber hecho.
La victoria es muy importante por la moral que coge el vestuario, por la felicidad de una afición que por fin regresa a casa con una victoria en El Molinón y por la exhibición de un chaval de apenas 20 años que ya se ha ganado tanto a sus compañeros como al sportinguismo.
 

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