El Sporting sigue sin tirar a portería
El Sporting de Gijón se está convirtiendo en un equipo inocente que apenas genera peligro al rival y cuando lo hace, los balones no encuentran rematadores. El Betis se llevó un encuentro en el que el segundo tanto, un monumental despiste de los hombres de Abelardo en el descuento, puede dejar sentenciada la eliminatoria.
Los últimos metros están siendo fatídicos para el Sporting de Gijón, el conjunto de Abelardo Fernández volvió a cuajar una buena primera mitad en la que estuvo más cómodo que su rival sobre el terreno de juego, pero en la que fue incapaz de poner en peligro a Giménez, guardameta del Betis. Tan solo un pase al corazón del área que remató Pablo Pérez desviado fue el único aprieto que tuvieron los verdiblancos en los 90 minutos.
Macarell y Rachid se entendieron a la perfección en el centro del campo y el equipo rojiblanco lo agradeció en el primer acto. Estuvo bien colocado y supo mover el balón con cabeza, pero cuando se acercan al área rival da la sensación que los hombres de ataque se bloquean. Ni un solo disparo entre los tres palo de la portería verdiblanca, y así es imposible ganar un partido.
La alineación, como adelantó 'El Pitu' estuvo plagada de los menos habituales y apenas se notó la ausencia de minutos entre los elegidos para jugar en el Benito Villamarín. Con el control del partido por parte del Sporting, el Betis estrelló un balón en el larguero sin merecerlo por juego.
El descanso fue lo peor que le pudo pasar a conjunto asturiano porque tras la reanudación llegó el primer tanto de los locales. Un balón colgado al área desde la derecha lo remata Vadillo sin oposición en el segundo palo. A partir de ahí el Sporting empezó a difuminarse y el Betis comenzó a mandar tanto en ritmo como en juego.
Aunque el Sporting nunca dio la espalda al choque, el 1-0 era un buen resultado para jugar la vuelta en El Molinón, lo cierto es que el peligro siempre estuvo en el área de Alberto García. El portero evitó un par de goles con dos buenas actuaciones, pero en el descuento no pudo hacer nada ante la pasividad de los rojiblancos a la hora de defender un saque de esquina que a la postre fue la última jugada del encuentro. El balón centrado por abajo al punto de penalti fue rematado por Vargas que a placer dejó la eliminatoria casi sentenciada.
Falta chispa en el ataque y ante equipo de Primera División es muy difícil lograr buenos resultados. Llega la cuarta derrota consecutiva del Sporting y el domingo visita El Molinón Las Palmas, un rival directo al que no se le puede dejar puntuar. Que los de arriba se pongan las pilas porque sin goles es imposible ganar.