Fiestón en El Molinón

El Sporting cerró su mala racha con una gran victoria, con una gran fiesta que levantó a El Molinón. Los de Abelardo arrollaron a su rival desde el primer momento, con dos goles en los primeros ocho minutos. 

Sin Halilovic, Cases, ni Álex Menéndez, pero con Ndi, Rachid y Carmona. Así salió el Sporting, con un once renovado que empezó revolucionado. Para bien, porque en el segundo 15, Carmona hizo el primero. Muchos aún no se habían ni sentado en su asiento, cuando Jony, tras una galopada, centró raso al área. Falló Rulli y Carmona la empujó. 
No reaccionó la Real y la bofetada fue doble en un suspiro. Y de nuevo con los mismos protagonistas, con la excepción del goleador. Jony se fue de Zaldúa, se la puso a Carmona, cuyo remate defectuoso lo aprovechó Dani Ndi para hacer el segundo. 8 minutos y Rulli ya había encajado dos tantos. Y El Molinón encantado. Como en los mejores días. 
Con la Real groggy el Sporting pudo sentenciar. La tuvo Sanabria para hacer el tercero, pero el paraguayo esperó al filo del descanso. Antes, eso sí, los donostiarras atemorizaron a los rojiblancos con un golazo de Carlos Vela en el 36'. Por un momento el recuerdo del Getafe sobrevoló El Molinón. Una sensación que Sanabria eliminó con su séptimo gol de la temporada. Él mismo se lo fabricó: robó un balón, regateó a Rulli y todos contentos al vestuario. 
Y, por si fuera poco, en la reanudación, nada más empezar, la fiesta se hizo definitiva. Con un previo aviso, eso sí, con un error de Sanabria que falló de manera incomprensible ante Rulli. La acción no pasó a mayores, sobre porque inmediatamente después Sanabria sí definió. Con la ayuda del portero, que no atajó el disparo de Carmona por lo que el 20' rojiblanco sólo tuvo que empujarla. Doblete en el 51' y su octavo gol del curso. 
Con el partido resuelto, los rojiblancos por fin disfrutaron. Abelardo pudo hacer su cambio previsto de Mascarell por Sergio, que fue ovacionado por El Molinón. Mientras tanto, Rachid confirmó su partidazo, aunque en realidad todos dieron su mejor versión. Como Sanabria, que redondeó su noche con el tercer gol en su cuenta particular, el 5-1 con el que cerró el partido en el minuto 81. Este con asistencia de Halilovic, tras un disparo cruzado y regate previo sobre Iñigo Martínez. 
El partido concluyó como empezó. Con los rojiblancos creando ocasiones y El Molinón entregado a los suyos. No fue para menos. La goleada fue tan brillante como necesitada. Por fin, una alegría. Y de las que convencen.