Es Noticia

Y El Molinón explotó de felicidad

A. Maese

Una temporada de sufrimiento que acaba en una explosión de felicidad. Una temporada de sacrificio que acaba con una orgía de satisfacción. Una temporada difícil que termine con el broche más hermoso. Eso, y mucho más, ha supuesto el momento en que el partido ante el Villarreal, el último de la temporada, acabó en El Molinón, junto con el final del partido Betis-Getafe en Sevilla.

Nada más pitar el colegiado el final del encuentro, El Molinón enloqueció. La afición sportinguista no pudo contener su felicidad y de inmediato se lanzó al césped, a abrazar a sus futbolistas, a besarlos, abrazarlos y tocarlos. La felicidad no tenía límites y en pocos segundos, como miniaturas aceleradas, los seguidores invadieron el verde del terreno de juego hasta convertirlo poco a poco en una mancha rojiblanca, una mancha gigante en la que se podían vislumbrar los jugadores, los guajes, los responsables del milagro de la permanencia. 
Equipo y afición fueron uno, como lo han sido toda la temporada. Esta vez la fusión fue hasta física.

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar