Es Noticia

Mareo, escuela de guajes y soñadores

Daniel Herrera

"No lloro por dejar de ser entrenador, sino por mi cariño al Sporting". Estas son las palabras de alguien que siente el club, que se ha hecho un hombre en las instalaciones de Mareo, una escuela que lo ha visto crecer como futbolista y como persona. Así se despedía Abelardo, entre lágrimas, de su equipo. El Sporting de Gijón está de aniversario, una de las partes más identificativas y especiales de la entidad cumple años.

Carlos Méndez Cuervo, presidente del club entre los años 1968 y 1973, propuso la idea de unificar todos los equipos de la institución en unas instalaciones. El expresidente Ángel Viejo Feliú confirmó el proyecto, que costó alrededor de 25 millones de las antiguas pesetas, financiándose a través de la venta de Iñaki Churruca al Athletic Club. Hasta que un 28 de Marzo de 1978 se inauguraba Mareo bajo la presidencia de Manuel Vega-Arango. La escuela de los sueños había visto la luz.  
Son muchos los jugadores que se han forjado en el barrio de Mareo de Abajo, junto a la parroquia de Leorio. Desde que David López debutara con el primer equipo a comienzos de la temporada 1978, han sido numerosos los futbolistas que han pasando su adolescencia en la escuela asturiana, siendo a la postre protagonistas en las victorias de su Sporting, mojándose en los entrenamientos en las lluviosas tardes gijonesas, hasta alcanzar la élite. Jugadores como Juanele, Ablanedo, Mino Serrano, Manjarín, Luis Enrique, Abelardo o el máximo goleador de la historia de nuestra selección, David Villa.
Casualidad o destino, el mejor Sporting de Gijón de la historia coincide con los primeros años de la actual Escuela de Fútbol Ángel Viejo Feliú, hasta el punto de disputarle el título de liga en la temporada 78-79 al Real Madrid hasta la última jornada, firmando un excelso segundo puesto. En la siguiente campaña, se confirma como un grande de España con su tercer puesto en liga y alcanzando las semifinales de copa.
Ese equipo tenía como principal referencia a la leyenda sportinguista Enrique Castro Gónzalez, 'El Brujo' Quini, máximo goleador nacional de la época. Bien es cierto que comenzó su carrera en el CD Endisesa de la Tercera división asturiana, pero llegó a la entidad rojiblanca a muy temprana edad, debutando con el primer equipo con tan sólo 19 años y alcanzando los 165 goles en Primera división con el Sporting de Gijón. La base sólida de aquel histórico plantel era, como no, procedente de Mareo.
La escuela asturiana cuenta con multitud de recursos para que los futbolistas puedan despreocuparse de todo lo que no sea jugar al fútbol. Sin embargo, no hay ningún tipo de lujos, lo suficiente para que los guajes puedan disfrutar con la práctica de su deporte preferido en un ambiente familiar. Mareo cuenta con ocho campos de fútbol, diez vestuarios, una policlínica, gimnasio y por supuesto residencia con habitaciones para que los jóvenes de fuera de la provincia puedan vivir allí, con el principal objetivo de jugar en las categorías inferiores del club mientras siguen su formación educativa.
La última gran heroicidad de Mareo fue el inesperado ascenso a primera en la temporada 14-15. Un equipo con una deuda de más de treinta millones de euros deambulaba por la Segunda división de nuestro fútbol, intentando lograr sin éxito un ascenso que por historia parecía cantado, pero por recursos era una misión utópica. Sin embargo, un grupo de jóvenes criados en la escuela astuariana, liderados por otro hombre de la casa lograron catapultar al Sporting hasta el lugar de donde nunca debió irse. Abelardo a la cabeza y canteranos como Lora, Nacho Cases, Sergio Álvarez o Jony Rodríguez a sus órdenes alcanzaron la gloria en el Villamarín.
39 años después, Mareo sigue desprendiendo el mismo aroma a fútbol. Una atmósfera especial que se pueden observar en los ojos de los más pequeños, en sus miradas se denota la ilusión de defender algún día la camiseta de su club de toda la vida, de su equipo de siempre. 
 
 

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar