Tomás Hervás: "Soñamos y vivimos con la esperanza de salvarnos"

"Al Sevilla le deseo lo mejor y que consiga el título de liga, pero el domingo los puntos que sean para el Sporting". Lo dice alguien con el corazón dividido. Evidentemente, por sus venas corre sentimiento sportinguista, es producto de Mareo y son muchos años trabajando por y para el Sporting, como jugador, cuerpo técnico e incluso como entrenador. Él guarda un grato recuerdo de la entidad hispalense pero su corazón bombea sidra.

Tomás Hervás, exfutbolista sportinguista, era un chaval más de Ponferrada cuando un día le cambió la vida, acogió la llamada de Mareo con ilusión y esperanza, sabedor de la oportunidad que se le presentaba: "Yo soy de Ponferrada, vine con 15 años aquí. Empecé en el segundo equipo juvenil y fui escalando hasta el filial. En el 91, con 20 años, debuté en el primer equipo y luego fui alternando con el filial hasta que me quedé en el primer equipo, donde estuve siete años".
Tras hacerse un nombre en el panorama futbolístico en Gijón, y disfrutar de Europa en Balaídos, Tomás llega a Nervión en 2001 de la mano de Joaquín Caparrós. El Sevilla era un recién ascendido que llevaba años deambulando entre Primera y Segunda división, pero el utrerano consiguió asentar al club entre los mejores. Tomás jugó una veintena de partidos en su primer año, pero perdió protagonismo en la siguiente campaña. 
"No llegué en un buen momento, venía de estar tres años en el Celta jugando de una manera diferente, un equipo que tenía la posesión y no estaba bien físicamente para lo que requería Caparrós. Buscaba extremos más rápidos y gente por fuera profunda y yo ya no tenía esa velocidad. Siempre ha sido un peso en mi carrera no haber llegado a Sevilla algo mejor por la entidad que era. De todas maneras fue positivo porque el equipo creció y se asentó en Primera división, estuvimos hasta la última jornada con opciones de jugar Europa", comenta lamentándose el leonés.
Se acerca el partido del domingo en el Sánchez Pizjuán. La primera de las diez batallas rojiblancas para no ser decapitado antes de la guerra final. Tomás Hervás está seguro de que los espectadores disfrutarán con estos dos clásicos españoles: "Yo creo que es un partido atractivo, con dos equipos que quieren ganar y que solo les vale la victoria. El Sevilla tiene que defender su tercera plaza y salir un poco de este bache que se ha metido en estas dos últimas semanas, aunque sigue estando en una posición privilegiada y muy meritoria. El Sporting es que no tiene margen, da igual cuando sea el partido que tiene que intentar sumar".
Actualmente, el castellano-leonés sigue ligado a la institución asturiana. Hasta la temporada pasada ocupaba el puesto de primer entrenador en el filial gijonés. A la hora de analizar a los técnicos de ambos equipos no tiene claro con quién le gustaría trabajar: "No conozco a ninguno demasiado. sÍ te puedo decir que Sampaoli desde luego es peculiar, yo hago análisis de rivales y es diferente al resto, cambia mucho de sistema, exige mucho a los jugadores, pero tiene rendimiento y está haciendo un buen papel. Con Rubi lo que estoy viendo se ve que trabaja bien y el equipo está compitiendo bastante bien. Pero la verdad es que no sabría decirte con cual de ellos quedarme".
En su etapa de jugador ha vivido años gloriosos hasta el punto de jugar Europa con el Sporting, pero también desolaciones y lágrimas, como el descenso en su último año como jugador del club. Cuando hace memoria y recuerda el trágico descenso, inevitablemente responde con más corazón que cabeza: "Es eso yo respondo con el corazón, a ver es difícil pero es en lo único que pensamos. Soñamos y vivimos con esa esperanza, no quiero pensar nada más. Es muy difícil porque hay muy poco margen pero es lo que todos deseamos".
Tomás Hervás no quiere imaginar otra cosa que no sea la salvación. Cierra los ojos y fantasea en las lágrimas que tendrá su rostro en mayo por tercer año consecutivo, y como en anteriores ocasiones, espera que sean de alegría.