Babin, central del Sporting de Gijón, no pudo contener las lágrimas al final del partido contra el Espanyol, después del empate insuficiente que parece evidenciar el temido descenso a Segunda división. Los jugadores rojiblancos agradecieron el apoyo de su afición, lo que sin embargo no evitó la decepción que reflejaban sus rostros.
Uno de los más afectados fue Babin, desolado tras el pitido final. "Estoy muy triste. Lo he dado todo en el campo pero la película ha sido la de siempre en casa", dijo el central internacional con Martinica en la zona mixta de El Molinón. También, entre otros, se pudo ver a Burgui muy afectado.
Sin embargo, para levantar la moral, el técnico Rubi destacó en sala de prensa que sus futbolistas no han perdido el ánimo. "Hay jugadores que lo primero que han hecho al llegar al vestuario es decir que con esta actitud van al fin del mundo". En ese sentido, el Sporting demostró hoy que el problema de su situación no es una cuestión de actitud.
Ahora, sin descanso para desconectar, la plantilla volverá a entrenarse este miércoles en Mareo para empezar a preparar el partido del viernes contra el Villarreal. El equipo necesita recuperar la confianza para seguir compitiendo y apurar todas sus opciones.