El descenso definitivo del Sporting de Gijón a Segunda división para la próxima temporada ha dejado un dato curioso. Cada vez que el club ha cambiado de marca de patrocinio en su equipación oficial ha obtenido malos resultados deportivos. El último ejemplo llega en esta temporada, en la que la entidad rojiblanca cambió de Kappa, que llevaba acompañándola desde la campaña 2011-2012, a Nike para una Liga que comenzó de manera ilusionante y ha acabado en desastre.
Hay diversos precedentes para definir como 'maleficio' este curioso hecho que, en el mundo del fútbol, se conoce como 'La maldición de las camisetas'. Según la información de Marketing Deportivo, hay determinadas equipaciones con las que los equipos no obtienen resultados favorables. Hasta en cuatro ocasiones en las que el club gijonés ha cambiado de marca patrocinadora en sus equipaciones, ha habido contratiempos deportivos.
Para conocer la primera vez hay que remontarse a la temporada 1994-95. Entonces, Joma sustituyó a Lotto como patrocinador técnico. En esa campaña, el Sporting se salvó in extremis en la promoción de descenso contra el Lleida para cerrar un campeonato con más contras que pros. Unos años más tarde, en la temporada 1997-1998, sería Astore el que llegara para vestir al equipo rojiblanco. En esa Liga, el cuadro gijonés batió el récord negativo de puntos en Primera cayendo a la categoría de plata sin remedio, donde se quedaría durante 10 temporadas.
Ya en la etapa más reciente del club, durante la 2011-12, Kappa revolucionó el entorno del club rojiblanco con el más que conocido 'pijama', el cual se vio obligado a retirar por las críticas recibidas. Tras cuatro temporadas en Primera, el club gijonés regresa al abismo de Segunda, donde pasará otras tres campañas antes de poder volver a la élite.
El cambio más reciente llegó en la presente temporada. Una gran marca como Nike llega a un acuerdo con la entidad rojiblanca para patrocinarla técnicamente. La Liga arrancó con buen pie, pero a partir de la cuarta jornada el Sporting se adentró en un bucle infinito de derrotas consecutivas del que no pudo salir hasta que ya era demasiado tarde. El conjunto sportinguista volverá a jugar en la próxima campaña en la categoría de plata, con la esperanza de poder estar en la élite lo más pronto posible.