Entre lágrimas y rodeado de sus más íntimos familiares y amigos, Nacho Cases se ha despedido este jueves del Sporting de Gijón, el club que ha sido su casa durante 22 temporadas, desde que llegara a la disciplina de Mareo siendo sólo un niño. En su misiva de despedida, el futbolista de 29 años ha querido agradecer a la entidad rojiblanca lo vivido durante todos estos años. La emoción apenas ha permitido al gijonés expresarse con normalidad.
Comenzó, sentado por última vez en la sala de prensa de El Molinón y tras haber recibido un obsequio por parte del Sporting, recordando su llegada al club gijonés hace 22 años: "Era inquieto, revoltoso. Pero llegué a ser lo que hoy en día, gracias a Dios soy, por muchos factores de mi vida pero sobre todo gracias al club de mi ciudad. No podría vivir en cien vidas lo que este club me ha dado y lo feliz que he sido en él desde el principio, desde que llegué".
Saliendo de los límites del fútbol, recalcó: "Me quedo con las personas y con la gente que dentro de 10 o 20 años podré llamarlos y seguir viviendo cosas con ellos y aquí están algunas", antes de romper a llorar. Añadió: "Me quedo con las experiencias inolvidables vividas, gracias a todos. Podría hablar mil horas sobre mis recuerdos y me quedaría corto. Me quedo con el día de mi debut cuando Manolo [Preciado] me dijo que iba a jugar".
"Lo dejo por vivir experiencias que me van a llenar mucho. Las expectativas de un futbolista las he cumplido con creces"
Quiso explicar los motivos de su marcha: "No veréis en mí a un futbolista que ponga por delante motivos económicos, que también son importantes, no lo niego. Lo dejo por vivir experiencias que me van a llenar mucho. Las expectativas de un futbolista las he cumplido con creces", resaltó emocionadísimo.
Y agradeció muchas cosas a muchos nombres propios, empezando por el Sporting, "donde me he sentido como en casa"; continuando por Javier Fernández, las limpiadoras, el personal del campo, del club... sin querer "mostrar nada negativo", ya que "en tantos años siempre puede haber reticencias o cosas malas. Pero me quedo con todo lo bueno".
También quiso agradecer a todos y cada uno de los entrenadores que ha tenido a lo largo de su carrera, "de todos pude aprender algo, desde el primero hasta el último, hasta Rubi, que puedo mencionarlo como un grandísimo entrenador. Pero, sobre todo, me voy a quedar con: Javi Vidales, don Javier Vidales, que me hizo comprender que el fútbol iba más allá de pegarle patadas a un balón y el artífice de que yo esté donde estoy".
"Me quedo con Javi Vidales, don Javier Vidales, que me hizo comprender que el fútbol iba más allá de pegarle patadas a un balón"
No quiso acabar sin dar las gracias a su familia: "A mis padres, por la educación, por estar siempre conmigo y traerme a entrenar. Os quiero mucho aunque a veces no os lo demuestre. He tenido a los mejores padres del mundo. A mis abuelos y a toda la familia. Y a mi abuela fallecida. A Loreto y Nico (mujer e hijo), mis dos tesoros, mi vida y mi forma de vivir y que no cambiaría por nadie. Y que sé que están siempre en los peores momentos y que espero que con esta decisión puedan ser felices y vivir juntos mucho tiempo", recalcó.
Finalizó pidiendo el entendimiento de la afición sportinguista: "Espero que comprendáis esta decisión y que sepáis que he sido inmensamente feliz en este club. Y que empujaré con toda mi alma desde fuera para que este club vuelva a donde se merece, a Primera división. ¡Puxa Sporting!".